El Vía Crucis ha estado presidido por el Cristo Nazareno, obra escultórica de Pablo de Rojas, que está colocado habitualmente en el altar del lateral derecho del presbiterio de la Basílica, junto al Sagrario.

La Sagrada Imagen fue portada en sus andas de plata, por diferentes tandas de Hermanos horquilleros, con el siguiente itinerario: Carrera de la Virgen, Fuente de las Granadas, Humilladero, Puente Romano del Genil, Paseo de los Basilios y Parroquia de San José de Calasanz, donde fue recibida por la Pontificia, Real, Muy Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Mayor Dolor y San José de Calasanz, presidida por D. Juan García Montero y D. José Moreno y por Dña. Guadalupe Omista por parte de la Parroquia y demás Hermanos de la Junta de Gobierno. .

La procesión con la Sagrada Imagen empezó a las seis menos cuarto de la tarde y dentro de la Basílica se rezaron las cuatro primeras estaciones, dirigidas por el Párroco de la Basílica, D. Blas Gerardo Gordo Jiménez, que estuvo presente en todo el Vía Crucis, acompañado de la Junta de Gobierno de la Hermandad, con su Presidente, D. Antonio González Martín. En la Parroquia de San José de Calasanz se rezaron cuatro estaciones. Todo transcurrió con sumo silencio y recogimiento por parte de todos los hermanos y hermanas de la Hermandad y demás fieles que, en un número considerable, acompañaron el Vía Crucis.

La procesión fue amenizada a lo largo de todo su recorrido por la Capilla Musical del Santo Ángel Custodio de la Hermandad del Cristo de San Agustín de Granada. Sus melodías, muy bien seleccionadas, invitaban a la oración y recogimiento espiritual. En la Parroquia de San José de Calasanz se rezaron cuatro estaciones

El regreso a la Basílica se hizo siguiendo el mismo itinerario, llegando el Vía Crucis a la Basílica, sobre las ocho menos cuarto de la tarde-noche. Ya en la Basílica se rezaron las seis restantes estaciones, terminando sobre las ocho. Como dijo D. Blas en su ultimas palabras, dando las gracias a todos los que lo han hecho posible con su entrega y dedicación, esta procesión de Vía Crucis ha sido una manifestación pública de nuestra fe en Jesucristo Redentor Resucitado y , que sin duda ha servido para el bien espiritual de todos los que la han vivido y para los que lo han presenciado en su recorrido.

Durante el itinerario se fueron cantando numerosas canciones populares, propias de la Cuaresma, que fueron cantadas por todos los participantes en la procesión.

El Nazareno permanecerá en el lateral derecho de la Basílica, para su adoración y besapiés el saábado y el domingo, día 26.

Antonio Joaquín Mezcua Roelas