Fecha de publicación: 22 de julio de 2019

El filósofo y teólogo Nicolás de Cusa (siglo XV) está considerado el padre de la filosofía alemana y una figura clave dentro de la filosofía moderna. ¿Cómo definiría el pensamiento de este referente en la transición del pensamiento medieval al renacentista?

Todo el pensamiento de Nicolás de Cusa tiene su punto de arranque en la “docta ignorancia” que es el hecho de que aunque estamos sustancialmente en la búsqueda de Dios, no es posible conocerlo porque es infinitivo, no puede ser captado por intelecto finito.

Podemos comprender que no es imposible conocer a Dios totalmente. Ignorancia lúcida que sabe de sí misma. Podemos investigar sobre las perspectivas de esta ignorancia. No es una ignorancia escéptica. Tiene como fundamento el deseo de saber pero entendiendo también nuestra incapacidad de conocer totalmente a Dios, qué es el ser humano en relación a Él. Nuestra relación con Dios nunca podrá realizarse plenamente por vía intelectual, ahí entra en juego la fe y la gracia, entre otras cosas.

Su ponencia parte de este autor para explicar como el ser humano contiene en sí mismo la imagen de Dios, como si fuéramos un espejo, ¿en qué consiste esta teoría?

 Nicolás de Cusa se basa en la metáfora del ser humano como el espejo vivo de Dios a partir del versículo bíblico en que de que se cita que el ser humano es imagen y semejanza de Dios. ¿Qué quiere decir una imagen de algo? Una imagen no es un fragmento de algo, sino que es un reproducción de eso en su totalidad. Nicolás entiende al ser humano como una imagen viva porque es consciente de que es imagen de algo, y además su ser es totalmente aquello de lo que es imagen. Para él, el ser humano es un espejo que sabe que es imagen de algo y que puede ver de qué es reflejo. Como criatura, ese espejo vivo es imperfecto pero el ser humano tiene la capacidad de perfeccionarse como espejo, porque no hay espejo perfecto. De hecho en los tiempos de Nicolás de Cusa los espejos eran imperfectos, tenían curvaturas, manchas…

En su metáfora la cara de Dios es el único contenido de todos los espejos de la creación. Hay un círculo de espejos entorno a un espejo central, de forma que todos se reflejan entre sí y todos los espejos reflejan a los otros por medios del central. El espejo central es Cristo, el Verbo de Dios, y en este espejo que es Cristo está la cara de Dios de manera perfecta, entonces desde este espejo la cara de Dios va a los demás reflejando cada espejo esta imagen central con sus curvaturas características. Cada persona refleja la imagen de Dios de una forma determinada.

¿Cómo puede aplicarse esta teoría a la existencia del hombre contemporáneo actual, a la percepción de nosotros mismo y de los demás?

Cada quien es una persona única con su propia perspectiva, pero en esta perspectiva propia se contiene el todo del universo. Cada quien tiene su valor propio, intrínseco, irremplazable. Nadie está recluido en un rincón, recluido del mundo. Cada quien forma parte del mundo.

El ser espejos vivos quiere decir que podemos mejorarnos por lo cual somos responsables por este proceso. También podemos empeorarnos, esta es nuestra libertad. Si vemos el universo como una cosa fea quizás es un problema de nuestro espejo interior y no del mundo. Depende de nosotros de qué manera vemos el universo, está dentro de nosotros. Los cristianos estamos vinculados entre todos por medio del espejo central que es Cristo.

¿Hasta que punto afecta esto a nuestra visión del mundo y a la propia autoestima?

Con la imagen central tienes un punto de referencia que te muestra una imagen perfecta de Dios. Hay un punto de referencia de perfección, sin este espejo central no sabríamos que sería la perfección ni lo que tenemos dentro. Sin Cristo no habría parámetro para medir lo que hay dentro de nosotros. Medimos a Dios en base al reflejo de Dios, la imagen de Él que tenemos dentro. De ahí partimos. Hoy en día no miramos hacia dentro y no vemos esa relación entre lo exterior y lo interior que está relacionado.

¿Qué valoración hace del Congreso?

Este curso siempre me invita a reflexionar mucho. Descubro formas de pensar nuevas que desconozco, se establecen lazos entre la reflexión filosófica y la existencia cristiana a nivel internacional. Pensar diferente es importante y muy positivo.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada