Sebastián Mora, Secretario General de Cáritas Española, se desplazó hasta Granada para poner “su granito” de arena en la celebración de los 50 años de Cáritas en esta Diócesis. En el salón de conferencias del Centro Integral de Empleo – OASIS, que Cáritas tiene en la capital granadina, Sebastián Mora compartió con los asistentes su visión del voluntariado de Cáritas, las líneas maestras que deben regir su acción y los retos ante los que se presenta.

Sebastián habló de la necesidad de un “compromiso serio, una reflexión serena y un corazón atento” ante lo que está pasando y animó a Cáritas a convertirse en un “corazón que ve”, que se sitúa ante la caridad como un acto de voluntad y una experiencia de gratuidad (“obligados a ser voluntarios”), que opta por mirar desde el lugar de los más pobres, que hace una síntesis entre la propia experiencia y los conocimientos técnicos y que vive con la capacidad de “dejarse sorprender” confiando sin fisuras en la presencia y actuación de Dios .

Al mismo tiempo, Mora insistió en la necesidad y conveniencia de que la caridad esté organizada para ofrecer al mundo las grandes potencialidades que tiene: la capacidad de ser testimonio e instrumento del Amor de Dios, la capacidad de hacer del voluntariado una “autodonación” del ser humano al ser humano, la capacidad de generar comunidades de apoyo, de resistencia, de ayuda y la capacidad de ser instancia política de denuncia profética ante las causas de las pobrezas, las desigualdades, los problemas…

Por último, en el turno de diálogo con los presentes, Sebastián Mora insistió en la necesidad de trabajar desde “la imaginación de la caridad” que pedía Juan Pablo II para salir de los problemas actuales desde “algo nuevo” que, en su pensamiento, pasa entre otras cosas por el impulso de la “autoorganización”, el compartir y el generar una economía de la gratuidad.