Fecha de publicación: 13 de agosto de 2022

Gertrudis nació en 1227 a escasos días después de la muerte de su padre el landgrave Luis IV de Turingia y recibió el nombre de su abuela materna Gertrudis de Merania, la esposa del rey Andrés II de Hungría. Su madre Santa Isabel de Hungría le enseñó a rezar y a leer de pequeña, recibiendo así una profunda educación religiosa. Por conflictos familiares y sucesorios tras la muerte de Luis IV, los dos hermanos del fallecido monarca desplazaron a la viuda Santa Isabel y tomaron la custodia a la fuerza de su hijo varón.

Santa Isabel pronto abandonó el palacio abrazando una vida de pobreza y humildad, enviando a Gertrudis aún de niña al convento de las monjas Premonstratenses junto a Wetzlar, en Altenberg. Gertrudis nunca más dejó el claustro, y a partir de 1248 se convirtió en abadesa de la comunidad con tan solo 21 años de edad. Gertrudis fue siempre una religiosa obediente y comprometida con su comunidad. Se esforzó por ayudar a los pobres igual que lo hizo su madre, y bajo su gobierno como abadesa (que duró 49 años en total) construyó una residencia para pobres y enfermos junto al convento, la cual condujo laboriosamente. Según su hermana mayor, tuvo una vida ascética, e inclusive también profetizó en varias ocasiones. Murió alrededor de 1300 a la edad de 73 años, la cual era sorprendentemente avanzada para su época.