Fecha de publicación: 15 de enero de 2022

La vida de San Bonito es una de esas biografías llenas de contrastes que hacen ver que los caminos del Señor no son los nuestros.

Bonito nació en Auvernia hacia el año 623, en el seno de una familia aristocrática, relacionada con el senado romano. Estudió derecho.

Antes de entrar en la vida eclesiástica, Bonito ocupó altos cargos de responsabilidad dentro del poder temporal. Pasó los primeros años en la corte de san Sigeberto III, y su sobrino Teodorico III, le nombró, en el 680, gobernador de la Provenza. Fue así canciller en Austria y prefecto de la ciudad marsellesa. En ese tiempo, se sabe que liberó a muchos esclavos.

En el 690 fue nombrado obispo de Clermont en Auvernia, sucediendo a su hermano san Avito II, que había muerto ocupando la sede. Según Georges de Manteyer, introdujo el culto de los santos de Auvernia en la Provenza austrasiana.

Después de gobernar con celo su diócesis durante diez años, renunció al cargo por un escrúpulo de conciencia y se retiró a la abadía benedictina de Manlieu, donde ingresó como monje.

Murió en edad muy avanzada en la ciudad de Lyon, afectado por la gota, en su regreso de una peregrinación a Roma.