Fecha de publicación: 11 de febrero de 2020

La cola para visitar la Cripta y Museo de Fray Leopoldo de Alpandeire daba la vuelta a la esquina desde primera hora de la mañana. El día de fray Leopoldo es una cita que no se pierden muchos granadinos y no solo, sino personas venidas de Málaga, Sevilla y del resto de España que le tienen devoción a este fraile limosnero.

“Yo vengo a peregrinarle a fray Leopoldo desde hace más de veinte años. Le tengo devoción por la fama que tiene de hombre bueno, que pedía limosna para los pobres. Cuando he tenido un problema siempre me he encomendado a él”, contaba una peregrina malagueña.

Fray Leopoldo es algo sentido como propio por los granadinos. Muchos de ellos aún le recuerdan paseando por las calles de la ciudad con su túnica y sandalias desgastadas y diciendo a su paso “¡mira, por ahí va fray Leopoldo!”. Este domingo podía verse el espectáculo de cientos de personas llevándole flores tanto a su cripta como a su tumba o frotándole también con fotos de familiares, rogándole su protección.

El Vicepostulador de la Casusa del Beato Fray Leopoldo, D. Alfonso Ramírez Peralbo, también confirmaba hace poco que la devoción a la figura del beato sigue trascendiendo fronteras, y que ha recibido peticiones de reliquias de Fray Leopoldo desde países como Argetina o Filipinas.

MEMORIA DE UN FRAILE HUMILDE Y SOLIDARIO

Tras la misa de las 8 horas en la cripta del beato, cientos de personas iban visitando la Iglesia y asistiendo a las Eucaristías que tuvieron lugar a cada hora hasta las 13 horas. La Eucaristía de las 12 horas contó con la presencia del ministro provincial de los Hermanos Menores Capuchinos de la Provincia Madre del Buen Pastor, fray Benjamín Echeverría, que presidió la Eucaristía.

El ministro provincial de España recordó de manera sencilla la figura del capuchino, destacando sobre todo su solidaridad con los más necesitados y esa humildad que desprendía su sola presencia. Invitó además a los fieles a imitar algunos rasgos de su figura, empezando por “salir de nuestro ombligo” y en darnos cuenta, con su testimonio, de que se puede vivir abandonados en la confianza en Dios, sin “agobiarse por el mañana”, tal y como hizo en vida fray Leopoldo.

Así siguió el resto de la romería, con una afluencia considerable de peregrinos que siguen haciendo del de Alpandeire un intercesor de confianza y una verdadera compañía de las alegrías y problemas de todos los fieles.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada