– Nah 2, 1. 3; 3, 1-3. 6-7.
– Salmo: Dt 32, 35-41.
– Mt 16, 24-28.

Entonces dijo a los discípulos: «El que quiera venir en pos de mí que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar al Hijo del hombre en su reino».