Fecha de publicación: 26 de noviembre de 2021

Dentro de una prisión conviven muchas historias de vida diferentes, desde la Pastoral Penitenciaria se tiende la mano a aquellos que están privados de libertad para vivir el Evangelio cuando Cristo dice: “estaba en la cárcel y vinisteis a verme”.

De esta forma, los sesenta voluntarios que se dedican a esta pastoral, cuyo delegado es el sacerdote D. Sorin Catrinescu, colaboran en diversas áreas y necesidades que abarcan desde la atención espiritual, talleres sociales, asesoramiento jurídico u orientación para la reinserción.

En este mes de noviembre, la Conferencia Episcopal ha reconocido en el marco de las Jornadas de Pastoral Penitenciaria que se han celebrado en formato online los días 12 y 13 de noviembre, el “valor” y la “dedicación” de todos los voluntarios y capellanes que hacen de esta pastoral una vía para que el consuelo y el amor de Dios llegue también a todos los rincones de los centros penitenciarios.

LA PASTORAL PENITENCIARIA EN GRANADA

La Pastoral Penitenciaria en nuestra diócesis está compuesta por un grupo de sesenta personas entre los que hay tres capellanes, uno laico, un trinitario y el Delegado de la pastoral, D. Sorin Catrinescu, a cuya tarea también se une un cuarto capellán voluntario desde la diócesis de Guadix. El resto de los miembros de la pastoral lo completan laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes voluntarios.

Las áreas de atención son tres: pastoral, social y educativa. Dentro de la actividad pastoral tiene un principal protagonismo las catequesis en los módulos y en la preparación para recibir los sacramentos por parte de los internos, así como la celebración de la Eucaristía cada sábado en el edificio central de la prisión en la que participan unas 300 personas.

En la parte social se da asistencia a las necesidades básicas de los reclusos como ropa o los recursos económicos necesarios para los que no tienen nada, y también el contacto con las familias y abogados. En este apartado de la labor de esta delegación, también se atiende a un grupo de reclusos sordos y colaboran varias hermandades, cofradías granadinas y la Orden franciscana especialmente en la organización de iniciativas en periodos especiales como Navidad para que los reclusos y sus hijos puedan tener algún regalo.

Por último, la tarea educativa dentro del centro penitenciario se desarrolla en la pequeña escuela que hay en el módulo terapéutico donde se imparten talleres por profesores voluntarios y en colaboración con el Colegio Mayor Jesús y María. El objetivo principal de las actividades que se llevan a cabo es que los internos puedan obtener el título de la ESO, el Bachillerato o el acceso a la Universidad.

En determinados momentos del curso se realizan además charlas de sensibilización en los institutos en las que los internos dan su testimonio de vida, sobretodo en prevención al consumo de drogas entre los jóvenes.

En esta área, la pastoral cuenta con el apoyo de varias instituciones educativas con convenio para que sus estudiantes puedan hacer prácticas en Albolote como por ejemplo la Universidad de Valencia o el Instituto Blanca Paloma en la Zubia que imparte formación profesional al respecto.

COMPROMISO CON LOS QUE NECESITAN UN NUEVO COMIENZO

Paco Salvador es voluntario desde hace 8 años en la Pastoral Penitencia de Granada y actualmente participa en los talleres de alfabetización que se ofrecen a los recursos dos días a la semana, en turnos de mañana y tarde, para aprender la lengua española y en los que participan reclusos españoles que no han finalizado la educación básica como de otros países divididos dependiendo del módulo al que pertenecen.

“Para mí es una tarea muy bonita por el contacto humano y el acompañamiento que requiere. Siempre les digo a los 25 reclusos en total que participan en este taller que aunque yo pueda enseñar cosas yo aprendo de ellos mucho más”, asegura el voluntario.

También dentro de la cárcel se encuentran valores “positivos” que sirven para la reflexión personal. “Ves también su sufrimiento, el asimilar aquello por lo que cumplen condena, el querer empezar de nuevo, la tristeza también y la falta de ánimo en que haya un nuevo comienzo para ellos, eso al final es superación”, destaca Paco Salvador.

Otra dimensión que abarca el acompañamiento es el de las familias de los reclusos, actividad a la que se dedica D. José Luis López, sacerdote de la diócesis de Guadix que es voluntario de la Pastoral Penitenciaria en Granada desde hace 5 años ya que el centro penitenciario de Albolote es una prisión provincial.

“Me dedico a acompañar a las familias de los presos en el entorno de la parroquia del Santo Ángel, en las cuevas de Baza y a partir de ahí empecé a visitar a los reclusos en la cárcel, luego surgió el voluntariado. Es desgarrador ver como las familias, esposas, hijos, padres, sufren también la condena del recluso”, asegura el sacerdote.

Asimismo, D. José Luis se encarga de la atención espiritual del módulo de mujeres donde celebra la Eucaristía cada sábado por la mañana y también atiende en Confesión y dirección espiritual. “Me gusta la labor, el grupo de mujeres no es muy numeroso con lo que tienes la oportunidad de compartir más. Intento involucrarme con ellas en lo que necesiten”, destaca agradecido.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social