Fecha de publicación: 3 de marzo de 2022

El Colegio Virgen de Gracia, convocados por Scholas Ocurrentes Granada, congregó a doscientos jóvenes para rezar por la paz y decir “no a la guerra”, en la invasión de Rusia contra Ucrania. Una oración por la paz interreligiosa, a la que, junto a nuestro arzobispo D. Javier, se unieron los representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el sacerdote de origen ucraniano D. Mihail Ustimenco, y la Iglesia Evangélica, con su Secretario en España, D. Israel Flores, y la pastor de la Iglesia Protestante en Granada, Eva Domínguez.

SER FUENTE DE PAZ
“Hoy estamos aquí y todos son sentimos como hermanos. Y todos queremos que los dos hermanos, que uno ha invadido el país de otro, hagan la paz; que renuncien a la invasión, que renuncien a los apetitos de poder, el poder hacia la guerra. La fraternidad es la fuente de la paz. Nosotros no podemos influir en esta guerra demasiado, pero que sí que podemos influir en las pequeñas guerras que tenemos alrededor todos los días. Que el Señor nos haga a cada uno fuente de paz, con la mano abierta”, señaló D. Javier.

Los jóvenes participantes pudieron escribir en un mural sus pensamientos y preocupaciones, especialmente sus deseos de paz ante esta guerra iniciada por Rusia contra Ucrania. Las autoridades religiosas y civiles también lo hicieron, entre ellos nuestro arzobispo, cuyo mensaje dice: “Sólo Tú, Jesús, eres la fuente de la paz”.

DOLOR
D. Javier expresó su gozo por “estar con vosotros, en estos encuentros de Scholas, que siempre son encuentros de mano tendida para el hermano que no lo saben”, comenzó hablando nuestro arzobispo. Recordó las palabras de un obispo que estuvo en la cárcel en una iglesia del este de Europa, durante una de las persecuciones, y que, en el día en que le maltrataron de forma especialmente más dura, escribió en su diario: “Un cristiano no conoce más que dos clases de personas: los que son hermanos suyos y los que todavía no saben que lo son”.

Mons. Javier Martínez expresó su dolor, “como un puñal para quienes amamos lo que representa en la historia la Tradición cristiana” el pueblo ruso, de quien dijo, “personalmente debo tantas cosas en mi vida”, recordando a una profesora rusa atea que se convirtió leyendo a Dostoyeiski.

El acto concluyó con la plantación de un olivo como gesto simbólico por la paz.

Esta jornada interreligiosa se celebró el mismo día en que, iniciando la Cuaresma, el Santo Padre convocó a la Iglesia universal a una jornada de ayuno y oración para rezar por la paz en Ucrania. Una oración que continúa cada día,

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social