Fecha de publicación: 22 de marzo de 2015

Oh, María, aurora del mundo nuevo, Madre de
los vivientes, a ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes
se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil
vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia in-
humana, de ancianos y enfermos muertos a causa de
la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar
con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre
nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante
toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con
solícita constancia, para construir, junto con todos
los hombres de buena voluntad, la civilización de
la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios
Creador y amante de la vida.
Amén.

Juan Pablo II, Evangelium vitae