Fecha de publicación: 14 de abril de 2022

En la celebración de la Misa Crismal, celebrada en la mañana del Jueves Santo en la S.I Catedral, nuestro arzobispo D. Javier ha expresado su agradecimiento a todas las personas que han colaborado, y continúan haciéndolo, para ayudar a los refugiados ucranianos. “Es una gota de agua en el océano que el Señor ha generado en la Diócesis para recibir a personas ucranianas refugiadas”, afirmó.

Mons. Martínez expresó también su conmoción por esos gestos en las parroquias, donde las personas han ido a llevar su ayuda humanitaria, así como en el Seminario Mayor, donde el aluvión de cajas con material, ropa y alimentos ha permitido fletar en distintas ocasiones autobuses y trailers con toneladas de esta ayuda con destino a Varsovia, que limita con el campo de refugiados en Ucrania.

Para D. Javier, junto al dolor de la guerra y el sufrimiento de las personas, esta situación está mostrando un lado humano del que todos tenemos necesidad. La ayuda llega desde todas partes de la diócesis, con independencia del credo que se profese, o su pertenencia o no a la Iglesia.

En medio de esta situación de sufrimiento que vive el pueblo ucraniano, D. Javier habló de una “oportunidad de evangelización única que nos pone el Señor”, una situación “que está cambiando muchos corazones”.

Por otra parte, nuestro arzobispo ha recordado que, además de traer a refugiados ucranianos, especialmente mujeres y niños, la Archidiócesis se prepara para “cuidar a los que han venido y las familias que los acogen”, para “aliviar las heridas con el aceite de la paciencia y el amor”.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social