Fecha de publicación: 9 de octubre de 2019

En el inicio de curso de este año del clero diocesano granadino, que les ha congregado los días 7 y 8 de octubre en Salobreña, los laicos han tenido un papel destacado. Y es que un grupo de laicos, procedentes de distintas realidades e instituciones de la Iglesia, explicaron a los sacerdotes cómo viven ellos la fe desde las responsabilidades que asumen en el seno de la Iglesia y en su vida diaria.

En la mesa redonda convocada participaron Francisco y Clara, un matrimonio granadino, vinculado a la rama laica de la Comunidad del Cordero y cercanos a distintas realidades y pastorales de la Iglesia diocesana; Candela y Juan Jesús, dos jóvenes de la Pastoral Universitaria y responsables para el Voluntariado de la Beatificación de María Emilia Riquelme; Francisco Escudero, de Proyecto Hombre Motril; Luisa María Maeso, Directora de Caritas Diocesana de Granada; y Antonio Rodríguez, de las Hermandades de Semana Santa de Motril y miembro de HOAC.

AGRADECIDOS A LA IGLESIA
Entre otras cosas, el matrimonio granadino, Francisco y Clara, hablaron de su profundo agradecimiento en la Iglesia, que les ha acompañado en momentos duros de su vida y tan destacados, como el vivido recientemente, desde el pasado 11 de septiembre, con la adopción de dos hijos, hermanos entre sí. Un agradecimiento que no nace de ser “valientes”, sino del amor que ellos mismos experimentan antes hacia sus propias vidas. “Esto sólo se puede hacer cuando te sientes muy querido. Muy querido por el Señor, y cuando te sientes muy acompañado por la Iglesia, que, al final, son rostros concretos”, señaló Francisco Mellado. En esos “rostros concretos” se ven “complementados y completos”, porque “nos sentimos muy llenos de la Iglesia”, explican.

Cuentan su experiencia, a veces llenas de dificultades, y el bien que fue para ellos compartirla con un sacerdote, “que lloró con nosotros”, afirmaron: “Es la Iglesia que llora y acompaña en el sufrimiento”. Asimismo, explican a los presbíteros su experiencia en el Barrio de La Paz, con oración y adoración al Señor, en la forma de la oración de Taizé, junto a las Hermanitas del Cordero. Una experiencia con las Hermanitas que también comparten en la llamada “Mesa abierta”, donde un día a la semana participan en una comida fraterna con los “amigos de la calle”, como la Comunidad y Hermanitas llaman a quienes encuentran por nuestras vías sin sitio donde alojarse o cómo alimentarse. Asimismo, ambos participan en las propuestas de la Diócesis, como el Curso “Amor humano, matrimonio y familia”, puesto en marcha a través de la Pastoral Familiar. “Muchas gracias por estar ahí”, concluyen dirigiéndose a los sacerdotes.

Otra de las experiencias contada ante los sacerdotes diocesanos es la de Candela Merino y Juan Jesús Ruiz, dos jóvenes estudiantes vinculados a la Pastoral Universitaria y a la Comunidad del Cordero. Junto con su Delegado diocesano en esta Pastoral, D. José Antonio Villena, son también responsables para el Voluntariado de la Beatificación de María Emilia Riquelme y Zayas, fundadora de la Congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. “La Pastoral Universitaria ha sido una oportunidad de encontrarme con la fe, en el ambiente universitario, y una compañía concreta, una comunidad de fe que necesitaba, con otros jóvenes que tenía inquietudes parecidas a las mías”, señaló Juan Jesús, que también habló de su experiencia de misión y voluntariado vivido este verano en Palestina, a través de Cáritas España.

CONGRESO DE LAICOS
En estas jornadas se dedicó también un espacio al Congreso Nacional de Laicos, convocado por la Conferencia Episcopal para la Iglesia de Granada para redescubrir la presencia, misión y vocación del laicado en este siglo XXI. Se celebrará en el mes de febrero y, en estos momentos, se encuentra en su fase diocesana, con la propuesta de trabajo del Cuestionario “Un laicado en acción”, que fue presentado a los sacerdotes por el Vicario General D. Francisco Javier Espigares. Un Cuestionario que no pretende tanto contestar preguntas y elaborar un documento final cuanto vivir la llamada de la misión de los laicos, a la que también se incluyen los presbíteros, vida consagrada o contemplativa, como miembros de un solo Cuerpo que es la Iglesia en Jesucristo.

Previamente, la tarde anterior, el Vicario General expuso al clero diocesano algunos puntos que puedan ser de ayuda y un bien para toda la comunidad eclesial en la relación entre presbítero y laicado en la vida parroquial. Una intervención en la que, entre otras cosas, D. Francisco Javier Espigares animó a los presbíteros a seguir esa invitación del Papa Francisco al clero de ser pastores “con olor a oveja”, es decir, cercano al Pueblo de Dios. “La Iglesia es ante todo una familia. No es una empresa de servicios, con horarios. Es una familia, donde se vive con cercanía”, explicó, subrayando también la misión pastoral, que es enriquecimiento para quien se da a Cristo a través del Pueblo de Dios.

Paqui Pallarés
Directora de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada