María fue concebida sin mancha de pecado, eso es lo que celebra toda la Iglesia cada 8 de diciembre. La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que, por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.

Este dato es algo que se reconoce en el momento de la anunciación, cuando el arcángel Gabriel la saluda como “llena de gracia” (Lc 1, 28). Una mujer bendecida por el Padre, más que a ninguna otra persona creada. Él la ha “elegido en él antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor

“María prefigura, como imagen de la Iglesia, la posición a la que estamos llamados desde el momento de nuestro Bautismo”, argumenta el sacerdote D. Manuel García Gálvez. “Lo central de la Inmaculada es cómo el amor de Dios, cuando se acoge totalmente, transforma nuestra vida, apartando incluso aquello que nos impide relacionarnos cara a cara con Dios”.

UNA TRADICIÓN DEL PUEBLO CRISTIANO GRANADINO

Grande es la devoción mostrada por el pueblo cristiano de Granada siglos antes de la proclamación del dogma.

Los Reyes Católicos contribuyeron al arraigo de la devoción por la Inmaculada Concepción. Fueron ellos quienes fundaron en Granada la Hermandad de la Pura y Limpia Concepción, primera cofradía concepcionista de la ciudad. Contemporáneo a su llegada fue también la dedicación del Monasterio de San Jerónimo a la Inmaculada, siendo el primero de España dedicado a esta advocación.

Granada fue además la primera ciudad española en jurar defender desde la Abadía del Sacromonte, en 1618, el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Con ello proliferaron votos y juramentos en diversas ciudades y universidades de España. De ahí nace la construcción del monumento a la Inmaculada Concepción que actualmente contemplamos en el Campo del Triunfo.

La devoción inmaculista en Granada fue consolidándose con la creación de varias hermandades y cofradías a lo largo del tiempo, bajo la advocación de dicho misterio mariano. A ello se suman todas las representaciones iconográficas de la Inmaculada, especialmente a partir de la Edad Moderna, que pueden encontrarse en muchas de las iglesias de Granada.

Fue ya en 1854 cuando el Papa Pío IX, en la bula Ineffabilis Deus, proclamó oficialmente el hecho de que María está libre de pecado desde su concepción. Unos años más tarde, uno de los pasteleros devotos de Granada, creaba un nuevo pastelillo que bautizaría con el nombre de “pionono”, en honor al Santo Padre.

En este tiempo de Adviento, la diócesis está invitada a celebrar esta fiesta por todo lo alto, secundando esta devoción que late en el corazón de los granadinos desde hace siglos.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social