Realizó sus estudios en el Seminario de San Cecilio residiendo en el Colegio de San Fernando. Fue ordenado el 26 de marzo de 1902 en Guadix.

Fue coadjutor de Santa Catalina de Loja, Padul y Alhama de Granada. El 6 (ó 7) de noviembre hubo en Alhama nuevas detenciones, entre ellas la del Siervo de Dios José Becerra. Encontrándose en la cárcel tuvo un gesto heroico: un joven de catorce años es detenido y, después de pasar una noche en la cárcel, fue llamado por la mañana. Todos pensaron que se trataba de llevarlo a la muerte, ante lo cual el sacerdote se ofreció a morir en su lugar: No, no os llevéis a ese muchacho, que es muy joven todavía, llevadme a mí que soy un viejo. Este joven, que en realidad era llamado para dejarlo en libertad, siempre habló de la generosa disposición del sacerdote a morir en su lugar y dio testimonio de ello en el proceso de beatificación del Siervo de Dios: La valentía y el coraje de este sacerdote, dispuesto a morir por mí, eso no se me olvidará mientras viva. Algunos de estos presos fueron puestos en libertad y otros, con ellos el sacerdote, fueron trasladados al cuartel de la Trinidad en Málaga. Allí fue incitado a romper su castidad en varias casas de prostitución, así como a pisar un crucifijo, pero no pudieron romper su fidelidad al Señor: Antes de hacerlo, prefiero mil veces la muerte, fueron sus palabras. Finalmente, le atan al cuello una soga y lo arrastran hasta el muelle; una vez allí, lo arrojaron al mar. Aunque consta que su cadáver fue encontrado, se desconoce su enterramiento.

Tenía 61 años.