Francisco Phan Van Trung (o Francisco Tran) era cabo del ejército real y tenía 28 años al tiempo de su martirio. Fue arrestado no por ser cristiano sino por intentar sobornar a quien tenía que examinarlo en orden a su ascenso.

No se le dio mayor importancia pero se le exigió que reafirmara su fidelidad al rey Tu-Duc, siendo una de las pruebas la de pisar la cruz en señal de que se estaba de acuerdo en la política anticristiana del soberano.

Francisco dijo entonces que él era cristiano, que no pisaba la cruz y que estaba dispuesto a pelear por su soberano pero no a renegar de su religión. Se le amenazó, se le halagó, se le torturó en orden a conseguir su apostasía, pero todo fue en vano. El joven militar mostró una admirable constancia y se negó a renegar de Jesucristo, entonces fue condenado a muerte.

La condena fue confirmada por el rey y el mártir de Cristo fue decapitado en An-Hoa el 6 de octubre de 1858. Fue canonizado el 19 de junio de 1988 por el papa Juan Pablo II. San Francisco Phan Van Trung forma parte de los 117 mártires de la persecución en Vietnam de 1740 a 1883.