“Los santos son nuestro intercesores, nuestros amigos, miembros de nuestro cuerpo, de ese cuerpo de Cristo que forma la humanidad redimida, cuyas fronteras sólo Dios conoce”, señaló Mons. Martínez antes de concluir con la bendición final la Eucaristía que en la Solemnidad de Todos los Santos ha presidido en la S.I Catedral.

Nuestro Arzobispo ha señalado que “nosotros no vemos ni la muerte, ni el amor, ni el trabajo sino desde Cristo”, y en esta fecha de todos los fieles difuntos, que celebramos el 2 de noviembre, “oraremos por nuestros hermanos difuntos, que son miembros del cuerpo de Cristo y la unión entre los miembros del cuerpo de Cristo, la comunión de los santos, no la rompe la muerte”. Es por este motivo por el que “intercedemos por ellos, especialmente mañana por aquellos que no tienen a nadie que interceda por ellos. Estarán todos los fieles difuntos en nuestra oración y en nuestra súplica”, concluyó el Arzobispo.