Detrás de cada alta terapéutica de Proyecto Hombre, dedicado a ayudar a afrontar y vencer distintos tipos de adicciones, hay mucho trabajo, esfuerzo, paciencia y deseo de vivir una vida mejor, sin la esclavitud que ellas suponen. Una de esas personas es Álvaro, que este verano contaba en “El Espejo” de COPE Granada y COPE Motril, su experiencia tras diez años de intentos y esfuerzo, acompañado por toda su familia y Proyecto Hombre Granada, para salir de su adicción a las drogas. Compartimos esa entrevista, que también puede escucharse pinchando en este enlace.

– Cómo te sientes.
Después de varios intentos y varios años intentando rehabilitarme, es una muy buena noticia. Mucho trabajo detrás de todo esto. Mucho esfuerzo, mucha constancia, mucha gente también, muchos amigos, mucha familia, muchos sentimientos. Conseguido, sí. En definitiva, el alta terapéutica es un papelito que te hace Proyecto Hombre, pero detrás de ese papelito hay un mundo y hay muchas personas.

– Cómo empezó ese camino por el que decidiste que tenías que recuperarte.
En primer lugar, cuando uno no se empieza a sentir a gusto con lo que hace, se va dando cuenta de que la necesidad de ir tapando la gestión del día a día, escondiéndote detrás de un consumo y de otro consumo; al final de cuentas, no te lo aceptas, no estás a gusto con esa vida, no estás a gusto con lo que haces, no estás contento contigo mismo, autoestima baja, depresiones. Y yo me di cuenta de que yo no era feliz. Yo no estaba a gusto como estaba viviendo, como estaba enfocando mi vida y con los malos ratos que estaba pasando. Y entonces, es cuando decidí que había que hacer algo.

– Cómo era tu vida antes.
El mundo éste empieza muy chulo y muy divertido, y muy guay, y muy todo, pero poco a poco te va metiendo en problemas. Yo siempre he sido trabajador. Yo siempre he estado trabajando, he tenido dinero, he sido independiente, y he tenido mi casa, mi vehículo… Laboralmente, yo he estado bien situado siempre. Quizás algo influye la economía para meterte en este mundillo. Mi vida normal: trabajo, amigos, familia, como una persona normal. Pero, hoy en día, como la droga está al pie y al alcance de todo el mundo y el que no consume es el tonto del grupo…, el más chulo es el que consume y el que consume más y el que más borracheras se coge y el que más fiestas se mete. Por ahí vienen muchos disgustos, muchos problemas.

– Es un riesgo para todo el mundo, nadie está exento de caer en adicciones, de forma muy sutil y, de repente, uno se ve dentro.
Cuando crees que esto está controlado, y como te recuperas relativamente rápido, pasas el mal rato de los dos días siguientes de la fiesta, al tercero te juega malas pasadas y te guía al consumo.

– En esa decisión de entrar en Proyecto Hombre, de qué mano amiga fuiste hasta allí.
Sí que me vino un buen amigo, que me acuerdo mucho de él. Yo llevo detrás de esto como 14 años. La primera toma de contacto que tuve con Proyecto Hombre fue en 2008; 2009, Comunidad; tuve recaídas, luego, volví a retomar el programa; luego, estuve unos años; luego, lo dejé, así hasta que esta última vez lo tomé más en serio. Fue un amigo que me dijo: “Oye, Álvaro, yo estoy yendo a este sitio y me va muy bien. Me están ayudando y podrías probar”. Le expliqué el tema y me aconsejó. Me puse en contacto inmediatamente. Una tía mía me cogió de la mano y me ayudó muchísimo en esa primera toma de contacto y en esos primeros años. Me abrió las puertas de su casa y me abrió su vida. Fue ella la que estuvo a mi lado en esos primeros momentos.

– Muy importante esos primeros momentos tan duros y el apoyo que recibiste…
Al final, es la familia. Quien se implica de verdad es quien tienes al lado y, en mi caso, quien tienes al lado es mi hermana, es mi madre, es mi padre, es mi tío y mi tía, son mis primos, es la familia.

– Son los que conocen más de cerca ese sufrimiento que tenías y que tenías tú también.
Claro. Ellos lo que querían es que yo estuviera bien. No se puede esconder. Cuando se crea una adicción, te crees que la tapas y la escondes y pones buena cara… pero eso se nota a leguas. Uno no está bien y a la familia no se lo puedes esconder, ni a los amigos.

– Cuánto tiempo has estado en Proyecto Hombre.
Yo la primera vez estuve 24 meses aproximadamente -2008, 2009, 2010-, luego retomé el día a día en mi vida, y luego volví a recaer. Empecé con recaídas. Yo llevo con Proyecto Hombre una década.

– Qué has aprendido en todo este tiempo.
A conocerme a mí mismo ante todo y a saber identificar mis carencias, mis virtudes y por dónde mejoras como persona, y por dónde crecer personalmente. Trabajar todo eso. Son todos los aspectos personales y dificultades de la persona. La filosofía de Proyecto Hombre es que el problema no es la droga, es la persona. Y el problema es que esa persona tiene algún problema personal, carece de recursos que puedan guiarlo por un buen camino. En mi caso, mi adicción ha venido porque no he sabido afrontar las cosas. Son muchos aspectos. Todo eso es lo que se va trabajando en Proyecto Hombre. Yo me siento privilegiado. Hoy en día, echo la vista atrás y estoy muy contento. El camino ha sido duro, pero, hoy por hoy, ha merecido la pena. Hoy por hoy, soy una persona totalmente feliz. Y mi día a día, es muy diferente al de antes. Ahora, se da cariño, sé querer a los demás, sé querer a la gente que me rodea y sé tratar a las personas que me rodean. Esto es para estar contento y yo lo estoy ahora.

– Y cómo afrontas ahora la vida.
Yo ahora me siento muy fuerte y muy capaz de todo. Yo he retomado mi vida laboral con una fuerza y una energía tremenda. Y a seguir por este camino, que es el que me da la felicidad. Lo otro me traían disgustos, malos ratos, irritaciones y peleas, a mi y a mi familia. Yo ahora estoy feliz en mi casa y con mis niños. Tal y como estoy ahora mismo, estoy contento, y a seguir. Yo estoy feliz y con ganas. Y antes no tenía ni ganas de levantar la persiana, y hoy en día estoy con ganas de actividad.

– Qué les dirías, en un mensaje de esperanza, a las personas que se encuentran en esa situación y a sus familiares.
A las personas que están pasando por eso, les diría que hay dos caminos: el de felicidad y el del amargamiento, y las adicciones no traen nada más que malos ratos. Se puede salir y que lo intenten. Uno va creciendo personalmente y va viendo progresos, te vas animando y vas viendo las cosas de otra manera. Que uno se recupera. Hay que dar tiempo y hay que centrarse, y trabajar no sólo de teoría, sino de práctica. Y mucho ánimo.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

Escuchar programa