Esta ha sido la primera reunión de los Obispos del Sur de España en Asamblea desde que comenzase la pandemia de Covid-19 y se ha realizado con las medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias para la prevención de la enfermedad. Comenzó con un tiempo de oración, dirigido por el Obispo de Huelva, D. Santiago Gómez.

Pandemia

Los Obispos han reflexionado sobre lo que está suponiendo este tiempo de pandemia para sus diócesis y para la acción pastoral, que se ha visto alterada desde que comenzó el estado de alarma. A pesar de las dificultades y adoptando las medidas preventivas recomendadas, la actividad pastoral se ha mantenido y, en algunas áreas, se ha incrementado notablemente, como en la atención a los más necesitados desde Cáritas y otras realidades de la Iglesia. Muchos de ellos han acudido a Cáritas por primera vez, tras la crisis económica que la situación sanitaria está provocando. Ante esta realidad, destacan la imaginación pastoral y el servicio de tantos buenos sacerdotes, religiosos y laicos. Agradecen, además, la presencia y la atención pastoral a los enfermos de los sacerdotes en hospitales, residencias y domicilios.

Reconocen el sufrimiento que supone para muchos cristianos no poder participar presencialmente en las celebraciones litúrgicas, o hacerlo entre restricciones y temores, especialmente en el acompañamiento de los enfermos y de los difuntos. Todas las diócesis han celebrado funerales y sufragios especiales por los difuntos y por sus familias. Los Obispos andaluces recomiendan a los fieles volver a la participación en la Eucaristía de manera presencial, respetando las normas preventivas establecidas.

Los Obispos del Sur siguen con atención la piedad popular, que se expresa de múltiples maneras en nuestro pueblo con estaciones de penitencia, romerías, procesiones, etc.… Invitan a la Cofradías y Hermandades a que, en comunión con los pastores, fomenten el culto a sus Sagrados Titulares -respetando la normativa sanitaria-, continúen los procesos formativos de sus miembros y la caridad con los necesitados, y eviten sucedáneos de la verdadera piedad que brota de la celebración del Misterio cristiano, que los Obispos garantizan.

Cáritas

La crisis económica que la situación sanitaria está provocando ha incrementado el número de demandas de ayuda en un 77 %. Una vez más, han sido los más pobres y las familias vulnerables las primeras en sufrir las consecuencias de la crisis y en necesitar la ayuda de Cáritas. Pero también ha aumentado en un 33% el número de personas que acuden a Cáritas por primera vez, o lo hacen después de un largo tiempo sin necesitar ayuda.

Los Obispos han renovado el nombramiento de D. Mariano Pérez de Ayala, director de Cáritas Diocesana de Sevilla, como presidente de Cáritas Regional de Andalucía por un nuevo periodo de 4 años. Y han nombrado vicepresidente a D Francisco José Sánchez, actual director de Cáritas Diocesana de Málaga. Además, los Obispos han sido informados de la labor que viene realizando Cáritas Regional de Andalucía y las Cáritas de las diócesis andaluzas, sobre todo, en este tiempo de pandemia, en el que han tenido que incrementar la atención a los necesitados, redoblando esfuerzos e incorporando nuevos voluntarios, al tiempo que han seguido manteniendo los programas de ayuda en los que ya venían trabajando.

Educación

La Asamblea ha sido informada sobre el proceso de tramitación del Proyecto de Ley LOMLOE y las consecuencias que puede tener para el proceso educativo, la libre elección de centro, los colegios concertados o la asignatura de Religión. Se trata de una Ley que, de salir adelante como está planteada, supone un modelo de escuela público, único y laico (que habría que llamar estatal, único y laicista), que daña los principios de libertad de enseñanza y de elección de los padres del modelo de educación para sus hijos, que nuestra Constitución recoge, y que quiebra los Acuerdos Iglesia-Estado. La asignatura de Religión queda aún más discriminada y gravemente amenazada en el currículo escolar.

Eutanasia

Los Obispos expresan su preocupación por la decisión del Congreso de los Diputados de continuar con la tramitación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, una Ley que es fruto de una visión reduccionista e individualista del ser humano.

Nadie puede disponer de la vida de otro, ni siquiera de la suya propia, porque la vida es un don de Dios. La vida debe ser defendida desde su concepción hasta su fin natural. Por eso, abogan por un desarrollo de los cuidados paliativos que puedan llegar a todos, especialmente a los más frágiles e indefensos. Cuando una persona se siente atendida y querida no pide la muerte.

Por esa misma razón, porque la vida humana solo depende de Dios, los Obispos recuerdan el rechazo de la Iglesia al aborto y consideran una muy mala noticia el anuncio hecho por el Gobierno de reformar la ley para ampliar y facilitar la posibilidad de acabar con la vida de un no nacido.

Córdoba, a 21 de octubre de 2020