Fecha de publicación: 24 de abril de 2018

El nombre de la Sagrada Imagen podría relacionarse con el nombre de nuestra ciudad, pero, ante todo, alude al símbolo de la antigüedad cristiana “utilizado como anticipo del Paraíso por la multiplicidad de sus granos, por la fecundidad de una granada, por la vida que explota”, explicó Mons. Martínez en el acto de bendición. “Es un símbolo del Paraíso y es un símbolo de la Iglesia, y si queréis hasta de la Eucaristía de algún modo, porque del mismo modo que el pan de la Eucaristía se compone de muchas espigas, y de granos de diferentes espigas se hace un solo pan, la granada es una sola fruta, pero está llena de granos”. En este sentido, nuestro arzobispo recordó que el Señor ha venido para reunir a los hijos de Dios dispersos, de tal forma que no estemos solos y nos juntemos, viviendo como una sola familia de hermanos y de hijos de Dios.

ACTO DE BENDICIÓN
Al acto de bendición asistieron los miembros de la Asociación, acompañados de fieles de la parroquia de San Isidro. Asimismo, participaron sacerdotes diocesanos vinculados a dicha iglesia, entre ellos su párroco D. Antonio Jesús Pérez.

Dicho acto de bendición de la imagen, que es obra del escultor Alberto Fernández Barrilao, comenzó con la lectura del Evangelio, en esta ocasión centrada en el pasaje del Evangelio de San Juan cuando relata las Bodas de Caná y el momento en que la Virgen María que, ante la falta de vino en una boda –algo que podía considerarse en tiempos de Jesús como un gran inconveniente-, remitió a los invitados a Jesús diciendo “haced lo que Él os diga”.

Tras la proclamación del Evangelio, Mons. Martínez elevó una oración y posteriormente bendijo con agua bendita la imagen. También se incensó la imagen, que recibió su primer devoto besamanos al día siguiente, el domingo 22, en la propia parroquia de San Isidro.

La Asociación de Nuestra Señora de la Granada anunciaba desde el exterior del templo a la ciudad esta bendición, con una salva de petardos en señal de explosión de alegría ya que la Imagen puede ser venerada y el trabajo iniciado hace más de diez años para recuperar esta devoción inicia un bello camino y va dando fruto.

“Quiera Dios que esta imagen que bendecimos sea en vuestra vida algo importante, verdaderamente. El signo de la mujer que el Señor ha querido para madre suya y que ha querido para madre de todos nosotros. Es mucho querer por parte de Dios. Ahí se nos abre todo un horizonte de vida y de relación con Dios, a través de lo mejor de nuestra humanidad, que es la figura de una madre, y la tenemos en Ella”, explicó nuestro arzobispo.

También D. Javier expresó su deseo para que la belleza con la que luce la Imagen ahora bendecida, y que los miembros de la Asociación han desarrollado con gran amor, florezca del mismo modo ese amor de forma bella “en vuestras vidas”, señalando que lo que más desea nuestra Madre y el Señor es que nuestras relaciones humanas florezcan en una humanidad nueva.

La Madre de Dios, cuya advocación de la Granada acaba de ser bendecida, es nuestra intercesora y de su mano nos allana el camino, haciéndolo “más fácil, directo y humano para dirigirnos a Él en tantas ocasiones y para comprender nuestras flaquezas, sufrimientos y llantos”, explicó D. Javier.

Tras el acto de bendición, el párroco de San Isidro celebró la Santa Misa, concelebrada por varios sacerdotes vinculadas al templo.

Paqui Pallarés