Fecha de publicación: 19 de noviembre de 2021

Jacobo Benfatti procedía de una familia de alta alcurnia. Ingresó de joven en la orden dominica y se doctoró en Teología en la universidad de París. Consejero del cardenal Nicolás Boccasino (luego papa el beato Benedicto XI), que lo hizo obispo de Mantua.

Su episcopado duró 28 años y estuvo entregado a la caridad hacia los más pobres, especialmente los apestados, de manera que se mereció el título de “padre de los pobres”.

Con su elevada altura moral, su sabiduría, su conocimiento de los hombres, el obispo Benfatti podría haber ejercido su ascendencia en los círculos diplomáticos e incluso políticos, pero no quiso aprovecharse. Por el contrario, se mantuvo deliberadamente fuera de las cuestiones más espinosas de la época, y especialmente de las amargas disputas que dividían a las principales ciudades italianas, y que podrían atribuirse, en esencia, el contraste entre la antigua aristocracia y la nueva burguesía.

Las crónicas de la época hablan también de sus actividades oficiales, tales como la presencia en la coronación de Enrique VII en Milán, o la participación en el Concilio de Vienne, en Francia. Pero la sustancia de su episcopado, fue especialmente la caridad, que le ganó el afecto de la gente en vida. Está enterrado en la catedral de Mantua.