Gonzalo nació en Lagos, región del Algarve portugués, en el año 1360. Hijo de una familia de pescadores, entró en la Orden en Lisboa hacia el año 1380. Se distinguió bien pronto por el amor al estudio. Gran teólogo, aunque, por espíritu de humildad, a pesar de su indudable capacidad, llegado el momento rehusó el título de maestro en teología.
Ordenado sacerdote, fue muy apreciado tanto como predicador como por su trabajo pastoral y labor con las almas. Buen orador, le encantaba dedicarse a enseñar la religión a los más humildes, y sobre todo gustaba enseñar el catecismo a los niños, a los obreros y a las personas ignorantes.

Como gran orador que era y amante de la vida sencilla, gustaba de enseñar el catecismo a los niños, a los artesanos y a personas iletradas. No buscaba más que servir con amor a los hermanos, ayudándoles y substituyéndoles en las labores más humildes. Siendo un buen calígrafo y miniaturista, escribió varios libros corales.

Prior de los más importantes conventos de la Provincia Portuguesa, como el de Lisboa y el de Santarem, no buscaba más que servir con amor a los hermanos en los trabajos más humildes, lo mismo hacía de portero, de enfermero que de cocinero. Mostró siempre un gran celo religioso. Fue ejemplar su espíritu de piedad, unido a un profundo sentido ascético. Excelente calígrafo, miniaturista, escribió varios libros corales y compositor de cánticos sagrados.

En 1412, fue elegido Prior del convento de Torres Vedras, no muy lejos de Lisboa, donde permaneció hasta el final de su vida. Allí continuó su incansable actividad en el campo religioso, social y pedagógico, aliviando el sufrimiento de los pobres, que sentían por él un gran afecto filial.

Murió el 15 de octubre de 1422 y fue sepultado en la iglesia conventual de Torres Vedras, llamada de Nuestra Señora de Gracia.Ya venerado como santo en vida, su culto se divulgó nada más morir. Su recuerdo se mantiene todavía hoy muy vivo entre sus paisanos, invocándolo como protector de la gente del mar y patrono de la juventud.