Nació en Sollana, Valencia. En 1884 se casó con Vicente Girona Lozano de quien tuvo tres hijos. Tuvo que ver la muerte de sus tres hijos por enfermedad y la de su marido. En 1922 se quedó viuda. Se dedicó a vivir su viudez en una entrega apostólica a los demás. Tenía una gran devoción por María, y pertenecía a varias asociaciones religiosas de su parroquia.
Sobresalió por su dedicación a los pobres a los que ayudó de forma heroica. Se dedicaba a sus labores y, por ser miembro de Acción Católica fue fusilada en Algemesí.
Los testigos aseguran que Tarsila había socorrido además, previamente, a la familia del jefe del Comité que ordenó su detención y posterior fusilamiento. Algo que muestra que, más allá del martirio, la caridad que vivía Tarsila estaba por encima de cualquier enfrentamiento y no hacía acepción de personas.