Fecha de publicación: 1 de marzo de 2021

La Beata Juana María Bonomo nació en Asiago (Vicenza, Italia) el 15 de agosto de 1606. Fue educada por las Hermanas Pobres de Santa Clara en Trento. A los nueve años hizo voto de virginidad, a los doce ya era religiosa y con tan sólo quince años ingresó al monasterio benedictino en Bassano (Italia) donde fue maestra de novicias, priora y por tres ocasiones abadesa.

Muy favorecida por visiones místicas, recibió durante un éxtasis los estigmas de la Pasión. Ella cayó en éxtasis por primera vez durante la ceremonia de su profesión. Su dedicación y experiencias místicas ocasionaron que algunas de sus Hermanas le pensaran que todo era algo herético o que Sor Juana deseaba llamar la atención.
Esto llegó al punto que hasta se le negó la comunión. Siempre lo mismo, el mundo es tan miope que no acierta a distinguir entre Dios y el demonio, entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte.

En medio de sus sollozos, Cristo se presentaba delante de ella, sacaba de su costado una hostia y se la daba en comunión, diciéndole: “Toma, esposa mía”; o le permitía ir a comulgar a otra parte sin moverse de su celda, o le enviaba un querubín para que éste tomase de la patena una partícula mientras el sacerdote daba la comunión y se la llevase a sor Juana, silenciosamente acurrucada en un rincón del convento.

Ingresó a la casa del Padre el 1 de marzo de 1670 luego de una vida perdida en el océano del amor a Dios.