Se acerca la convocatoria de Elecciones al Parlamento Andaluz, las primeras tras lo acontecido en 2019, cuando cambió la fuerza política de gobierno por primera vez en 36 años. La Junta de Andalucía, junto con los Ayuntamientos, son las administraciones más cercanas en nuestro quehacer diario. Por eso no queremos dejar de aportar nuestro juicio ante este acontecimiento. Para ello partimos de los hechos que hemos visto en estos dos últimos años. Frente a acontecimientos como la pandemia o la reciente invasión de Ucrania, miles de andaluces se han lanzado a ayudar a otros, ofreciendo tiempo, manos y bienes, anticipándose a gobiernos e instituciones. La política debe, ante todo, reconocer la realidad que tiene delante, un pueblo que está vivo, que reacciona con una gratuidad que va más allá de cálculos electorales. Los políticos deben, ante esta realidad, dar espacio a la sociedad que tienen delante y a la que están llamados a servir. Creemos que, en este sentido, Andalucía ha experimentado un avance en esta última etapa.

Nosotros conocemos el origen de la generosidad de este pueblo, inscrito en el corazón del hombre y desarrollado por una religiosidad que va más allá de la repetición de unas tradiciones. El cristiano se mueve por agradecimiento al don recibido de Dios. Tenemos la experiencia de que el bien reclama ponerse al servicio de todos, de que estamos llamados a construir una sociedad donde todos tengan cabida, donde los gobernantes, sean del partido que sean, trabajen por el bien común. Por ello, deseamos colaborar con todos para seguir avanzando en lo que el papa Francisco propone en la encíclica Fratelli tutti, «la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos».

Dar el protagonismo a este pueblo es garantía de una sociedad más libre y menos cris-pada, donde exista más espacio para la participación social en la creación de escuelas y obras sociales, donde las familias tengan apoyo para crecer y educar a sus hijos (un pueblo que no tiene hijos está abocado a la desaparición). Para la vida de este pueblo, es una prioridad fomentar la creación de nuevas empresas que generen empleo digno, reduciendo trabas burocráticas e impositivas que frenan su desarrollo. Estos espacios (familia, escuela, empresas, asociaciones) son fundamentales para el crecimiento de cada persona que busca ser protagonista de su historia, y por tanto de nuestra sociedad.

Ante estas necesidades, nuestra experiencia nos enseña que la amistad cristiana ha participado y participa activamente en la generación de la realidad social. Por esto, no queremos quedarnos al margen de lo que se elige el 19 de junio. Animamos a todos los andaluces a votar, a ser protagonistas de su presente y a buscar la creación de una sociedad abierta, acogedora y libre, donde todos podamos crecer y construir.

Comunión y Liberación Andaucía
Junio 2022