Fecha de publicación: 18 de diciembre de 2013

 

 

Carta del Delegado de Pastoral de la Salud, D. José Gabriel Martín Rodríguez, felicitando la Navidad.

“Os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Este es nuestro Salvador, aquí se instaura el diálogo de Dios con la humanidad: Belén, un niño, unos pañales, un pesebre, una Virgen Madre… Un signo anunciado en Belén, que arriesga no ser escuchado ni comprendido, pero que tiene la belleza del signo de Dios encarnado en nuestra debilidad encarnado en nuestra debilidad, en la fragilidad de un niño desposeído de todo poder.

Para encontrar a Dios, para enseñar a nuestros contemporáneos a buscar a Dios, para transmitir la fe en esta nuestra sociedad del siglo XXI, para ser testigos creíbles de lo que enseñamos y proclamamos… hay que aprender y recorrer antes el camino de Belén. Este es el reto que hoy se nos plantea: anunciar a un Dios en debilidad, en pobreza, desnudo en la sencillez sublime de un niño acostado en un pesebre, “porque no había para ellos lugar en la posada”.

Hay que volver a Belén, recorrer con María y José el camino, hacernos peregrinos acompañando a los que malviven en la soledad, en la marginación, en el desamparo, en el abandono, en la tierra de nadie de los “sin papeles”, en la angustia insoportable de la amenaza constante de desahucio, en la tragedia desesperante de una crisis total, en el sin-sentido de la existencia… Hay que volver a Belén para contemplar y comprender que Dios ha tomado la senda de la encarnación, que es bajada, despojamiento, enonadamiento y servicio total.

Hay que volver a Belén para contemplar en silencio el misterio y acoger con gozo el don que se nos ofrece: dejar que Jesús habite, con todo su bagaje de fraternidad y esperanza, en nosotros, en nuestras comunidades, en nuestra misión. Tal vez así, volviendo a Belén, podremos proclamar, con coherencia y honestidad, una feliz, esperanzada y solidaria Navidad.

¡Gozosa Navidad y feliz 2014!