Fecha de publicación: 30 de marzo de 2015

Madre de Nuestro Señor Jesucristo, Virgen de los Dolores, en esta noche nosotros te traemos todos los dolores de nuestros hermanos, los dolores de los enfermos, especialmente de aquellos que o no tienen fuerzas para pedir Tu intercesión o no saben que pueden contar con ella. Especialmente también los de aquellos que experimentan una soledad porque no tienen a nadie que les acompañe hasta Ti. Todas esas angustias, todos esos sufrimientos, todos esos dolores los traemos junto a Ti. Los que están en los hospitales, los que viven en la desesperanzan. Alivia sus dolores, Madre.

Nosotros Te los presentamos y sabemos que Tú, que has vivido la muerte de Tu Hijo, de tu Divino Hijo, eres capaz de acogerlos y de llevarlos al Señor, y de transformarlos en una fuente de salvación y de esperanza.

Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia
Vida, dulzura y esperanza nuestra
Dios te Salve,
A Ti llamamos los desterrados
Hijos de Eva
A Ti suspiramos,
Gimiendo y llorando en este valle de lágrimas
Ea, pues, Señora, Abogada Nuestra
Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
Y después de este destierro, muéstranos a Jesús
Fruto bendito de tu vientre
Oh, clementísima; oh, piadosa;
Oh, dulce siempre Virgen María,
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

30 de marzo de 2015
Plaza de las Pasiegas