Fecha de publicación: 19 de abril de 2021

El miércoles, 14 de abril, Carolina Cardoso, Wanessa França, Djalma Junior y José Wellington Garcéz renovaron sus promesas de consagración a Dios y su compromiso con la evangelización en nuestra diócesis de Granada en una Eucaristía presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, que tuvo lugar en la casa de la Comunidad, según las medidas sanitarias establecidas, ubicado en la C/ Postigo de Zarate 11. 

Este grupo de jóvenes misioneros Shalom comparten una experiencia y vocación común: la experiencia transformadora de encuentro personal con Jesús resucitado en la que descubrieron, de distintas formas, la llamada a ser misioneros para entregar sus vidas por la evangelización de los jóvenes y los pobres, y con ellos, a toda la humanidad. Esta es la esencia del carisma Shalom, una vocación misionera, laica y consagrada apoyada en una vida de contemplación, unidad y evangelización.

Durante su homilía, nuestro Arzobispo dedicó palabras de agradecimiento por el don de la Comunidad en la diócesis y alegría por contemplar la juventud y vida de los misioneros entregada a Dios según esta vocación específica dentro de la Iglesia con alegría. Brasil, Filipinas, Hungría y Granada son algunos de los destinos en misión en los que han vivido este grupo de misioneros.

RESPUESTA AL AMOR DE DIOS POR LOS JÓVENES

“Dios me hace feliz a través de la vocación, de la vida misionera, de su elección por mi. Mi respuesta tiene que ser verdadera, sincero y que se corresponda al amor de Dios en mi vida. Darlo todo por el Todo, esa es la gran respuesta al amor de Dios por mi. Doy gracias a Dios por este tiempo”, resalta con una gran sonrisa Djalma Junior, de 30 años, natural de Brasil y misionero en Filipinas antes de llegar a nuestra diócesis.

Para Wanessa França, de 25 años, ser misionera en Granada es poder comprobar los mismos desafíos que en el otras partes del mundo para llegar al corazón de los hombres: “Ser misionera en Granada me hace experimentar de las mismas gracias y desafíos que tiene el pueblo en Brasil u otros lugares, es estar unida de tal forma que no sé explicar, es mucho más que comprender o vivir algunas cosas de la cultura, es una unión espiritual, es tocar en una sola humanidad.”

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada