Rafael Calatrava Ros 

Rafael nació el 9 de agosto de 1881 en Almería, fue bautizado en la parroquia de san Pedro. Se doctoró en Derecho en la Universidad de Granada y fue un abogado ejemplar y respetado por sus colegas, publicó algunas obras que muestran su gran saber. Más lo que verdaderamente lo distinguía era su compromiso vital para con la justicia, sin reparar en sacrificios y siempre desde la humildad.

Muy devoto de la Santísima Virgen y de santa Teresa de Jesús, perteneció a la Adoración Nocturna. Auténtico caballero cristiano, era íntimo amigo del Siervo de Dios don José Álvarez Benavides de la Torre. Junto a éste y a otros distinguidos católicos se ocupó, por disposición de los Prelados, del Monte de Piedad del Obispado.

El 11 de septiembre de 1911 se casó con doña Carmen Romero Martínez-Carrasco en la iglesia de Santa Escolástica de Granada. En sus 25 años de amor matrimonial, formaron una familia de 11 hijos que fueron Iglesia doméstica.

Al inicio de la persecución religiosa fue detenido junto a su hijo, el siervo de Dios don Jaime Calatrava Romero y sufrieron juntos prisión. Ya que su hijo se negó a separarse de él, también unidos dieron testimonio de Cristo en el martirio. El siervo de Dios tenía 44 años.

Su hija doña Concepción recordaba así a su padre: “Mi padre era un hombre muy recto, muy caballero, le teníamos mucho cariño. Como cristiano puedo decir que era un católico practicante convencido. Tenía caridad con el prójimo; era buen esposo, buen padre, daba muchas limosnas a los pobres, pero no alardeaba por ello. En la persecución no se acobardó; al contrario, pudo esconderse y no lo hizo. Se entregó dócilmente y con gran valentía soportó la prisión y el martirio”.

Jaime Calatrava Romero 

Hijo de Rafael Calatrava, nació en Granada en el año 1913, en una familia auténticamente cristiana, como monaguillo se ganó la admiración de todos por su piedad y simpatía. La devoción a la Santísima Virgen del Mar, patrona de Almería, marcó su existencia. Ni un solo día dejó de acudir a su Santuario para encomendarse a la Madre de Dios.

Despierto e inteligente, comenzó sus brillantes estudios en el Colegio de la Salle. En la Universidad de Granada se licenció en Derecho, trabajando desde entonces como abogado en el despacho de su padre. En los difíciles tiempos de la II República fundó la Asociación de Estudiantes Católicos e ingresó en la Acción Católica para promover la evangelización. Como adorador nocturno, tomaba de la Eucaristía las fuerzas para su incesante apostolado.

Vinculado a los Padres Dominicos, ingresó en el noviciado de Almagro pero descubrió que su auténtica vocación era el matrimonio. El 1 de febrero de 1936 contrajo matrimonio con doña Elvira Enciso Reynaldo en la iglesia parroquial de Santiago de Almería.

Detenido junto a su padre, el siervo de Dios don Rafael Calatrava Ros, sufrieron prisión junto a los Beatos Ventaja y Medina Olmos. El 26 de septiembre sucedió lo que recordaba un testigo ocular: “Por referencias recogidas de los que sobrevivieron al martirio en el barco prisión Astoy Mendi, el siervo de Dios no iba en la lista de esa saca, pero al escuchar el nombre de su padre se levantó para acompañarlo a donde fuera trasladado. Le dijeron que a él no le habían nombrado, a lo que Jaime respondió: ‘No importa, yo voy donde vaya mi padre´. Le dijeron: ‘No te conviene´, pero él contestó: ‘No importa´. Los condujeron juntos a los pozos de Tabernas donde fueron martirizados. No hubo juicio ni defensa, sólo matar”.

Tenía 22 años y sólo había transcurrido medio año desde su enlace. Su esposa, doña Elvira, se encontraba embarazada del primer hijo del matrimonio.