Fecha de publicación: 12 de agosto de 2017

 

Deuteronomio 6, 4-13
Salmo 17

Mateo 17, 14-20

Cuando volvieron a donde estaba la gente, se acercó a Jesús un hombre que, de rodillas, le dijo: “Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos y no han sido capaces de curarlo”. Jesús tomó la palabra y dijo: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo”. Jesús increpó al demonio y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: “¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?”. Les contestó: “Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: Trasládate desde ahí hasta aquí, y se trasladaría. Nada os sería imposible”.