Fecha de publicación: 23 de marzo de 2016

Cuántas situaciones en nuestra vida en la que nos sentimos sencillamente desconsolados, como sin apoyo, sin una referencia, sin una carne a la que agarrarnos para encontrar sosiego a nuestro corazón. La situación más dura en ese sentido de las que yo conozco son de las madres que han perdido a sus hijos, incluso desde antes de nacer con la herida que deja en el corazón de una madre un aborto, hasta por mil razones: por la droga, por una enfermedad inoportuna, por otras formas de violencia de destrucción.

Te pedimos, Señor, en este día de hoy, especialmente por esas madres que no tienen consuelo; que te lo dicen, incluso muchos años después, “es como si hubiera sido ayer”. Acércate Tú a ellas; haz que sepamos acercarnos a ellas con un corazón grande y bueno como el tuyo, con un corazón capaz de acoger el sufrimiento, de aliviar las heridas, de curarlas si es posible.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Miércoles Santo, 23 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas