Fecha de publicación: 24 de marzo de 2016

Alguien ha escrito, y no ha sido ni un sacerdote, ni un teólogo, ni un obispo, sino un filósofo francés de nuestro tiempo, que la pregunta más importante del corazón humano, la más honda, es que hay un amor capaz de acogernos, de abrazarnos, de sostenernos en todas las circunstancias de la vida. Ese amor existe. Ese amor eres Tú, Señor. Tú eres el amor que nos acoge, que se entrega por nosotros, para que nosotros vivamos.

Tu nombre –como ha repetido tantas veces el Santo Padre en este Año Jubilar- es misericordia. Y tal vez nosotros tenemos que aprender de nuevo que la misericordia, que el amor, pero un amor misericordioso, es, junto con la razón y la libertad, algo que nos constituye; que nos hace partícipes de tu vida divina, pero que nos hace también plenamente humanos. Y que un mundo no será humano sino con misericordia y con perdón.

Señor, nos acogemos; te rogamos que nos acojas en tu misericordia infinita. Tú, que nos sigues buscando; que no sólo fuiste a la muerte por nosotros, pero nos sigues buscando hoy, nos persigues, de algún modo; te basta un resquicio, una apertura mínima en nuestro corazón para colarte en nuestra vida y darnos tu vida. Te pedimos que nos acojas y que nos enseñes a ser portadores de esa misericordia en medio del mundo.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
En la madrugada del Jueves al Viernes Santo, 24 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas