Algunos de los hombres que han reflexionado más fino sobre el mundo en el que vivimos han dicho que la esperanza era la más heroica de las virtudes y seguramente tenía razón, la tiene. Uno de estos días, un niño de los que se acercaban a mi me decía: “Pero, en el mundo lo que manda es el mal”. Y esa es la imagen que uno puede hacerse fácilmente si uno mira simplemente la cantidad de acontecimientos malos que nos son transmitidos por los medios, por todas partes.

Señor, y Señor del Gran Poder, haz en nosotros el milagro de que no desaparezca la esperanza, esa esperanza heroica a veces, que renazca en nuestros corazones para que sigamos luchando por el bien, luchando por el amor, luchando por una sociedad en la que podamos confiar unos en otros, en la que todos cooperemos al bien común, en la que nadie deseemos el mal de los demás, ni siquiera el de nuestros enemigos, como Tú nos enseñaste Señor.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

Martes Santo, 22 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas