Fecha de publicación: 2 de abril de 2015

Ni el dolor ni la muerte es simplemente la expresión de un luto o de un dolor; es el silencio de la adoración. Adoramos tu cruz, adoramos el abismo de amor que tu cruz nos revela y el camino que nos abre de la noche de nuestra tierra hasta la luz del Cielo y de la vida eterna. Porque de ese agujero negro que es el espacio que va del Jueves al Domingo de Resurrección brota toda la alegría, todo el amor, toda la misericordia, que los hombres necesitamos para vivir una vida humana.

Señor, adorando tu cruz, nos ponemos ante Ti, ponemos nuestras vidas en tus manos y nos dirigimos a tu Padre con la oración que Tú nos enseñaste.

Padrenuestro
Que estás en el Cielo
Santificado sea tu Nombre
Venga a nosotros tu Reina
Hágase tu Voluntad
En la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal.
Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015
Plaza de las Pasiegas