Fecha de publicación: 21 de marzo de 2016

Dos súplicas brotan espontáneamente ante Ti, Señor, por tu advocación, por el barrio del que vienes, por las intenciones que hay en tantos de nuestros corazones. En primer lugar, que a nadie le falte un trabajo digno, que le permita vivir honradamente, sostener a su familia. Un trabajo digno y justo.

La otra súplica, Señor, es que los lugares de trabajo no sean lugares de competencia y de luchas de poder, de envidias, de egoísmos, de navajazos, de una manera o de otra, sino lugares de amistad, de cooperación hacia el bien común, de ayuda mutua, de compañerismo.

Por esas intenciones que nos afectan a tantos de nosotros y que nos afectan en cierto sentido a todos, porque de ellas depende también la normalidad y la salud de nuestra sociedad, Te pedimos, Señor.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Lunes Santo, 21 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas