Cuando asumiste, Señor, nuestra humanidad, asumiste todas las circunstancias, y especialmente las circunstancias dolorosas de la vida humana. Ninguna te es ajena. Despojado de tus vestiduras, antes habías sido despojado de tu fama, de tu dignidad, humillado, engañado, traicionado.

Señor, en esta Estación de Penitencia, te pedimos por todas aquellas personas a las que las pasiones humanas despojan, despojan a veces de su bienes, despojan injustamente de su trabajo, y sobre todo despojan de su humanidad, de su dignidad. Por todos aquellos que son víctimas y sufren, ofrecemos todos juntos este Padrenuestro.

Padrenuestro
Que estás en el Cielo
Santificado sea tu Nombre
Venga a nosotros tu Reina
Hágase tu Voluntad
En la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal.
Amén.