Fecha de publicación: 9 de febrero de 2015

“Sapientia Cordis” es el tema, propuesto para la XXIII Jornada Mundial y la Campaña del Enfermo 2015, que quiere invitar a la reflexión, oración y actuación. Una reflexión que pretende llevar a valorar y a hacer realidad el arte de acompañar a los vulnerables y enfermos en cualquier aspecto de la atención integral del hombre.

Diferentes sensibilidades desde un mismo compromiso

Actualmente vivimos en un mundo lleno de diferentes registros de sensibilidades, que cada uno ve desde su perspectiva. Esta sensibilidad y compromiso siempre han ido juntos en la persona de Jesús, y los fieles, sus apóstoles que han recogido el testigo de hacer cercano el Evangelio y acompañar a los más vulnerables, deben mirar nuevas maneras de hacer. Esto es a lo que se nos invita: a la reflexión y al recuerdo: ahora es el momento de buscar una nueva mirada hacia este acompañamiento, para que sea comprometido, sencillo y solidario con los más vulnerables de la sociedad actual.

Tres claves de la Campaña 2015

La Campaña 2015 tiene, en primer lugar, como objetivo educar una mirada que nos permita a todos (comunidades y voluntarios parroquiales y hospitalarios, profesionales y congregaciones religiosas) percibir en profundidad y nos capacite para estar atentos, pero también para admirarnos y para conmovernos ante todo lo que pasa a nuestro alrededor. En segundo lugar, esta campaña quiere cultivar las actitudes evangélicas de la empatía, la compasión y la ternura con todas las personas que acompañamos. Por último, la Campaña 2015 se propone comprometer a todos en la nueva manera de hacer y acompañar a los vulnerables desde la escucha, la solidaridad y el respeto a la dignidad humana.

Así lo recuerda el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangeli Gaudium, donde establece que la misión es una pasión por Jesús, pero al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo. Sólo se puede ser misionero, señala el Papa, cuando uno se siente bien buscando el bien de los demás y deseando la felicidad ajena. Esta sensibilidad y apertura del corazón es, precisamente, la fuente de la felicidad, porque hace más feliz dar que recibir. En conclusión, todas las personas son sagradas y merecen toda la estima y entrega del mundo. Por eso, si somos capaces de ayudar sólo a una persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de nuestra vida.

El principito: “No se ve bien sino con el corazón”

La sabiduría de la vida de todo agente pastoral se va amasando con el Evangelio para dar lugar a una sabiduría no teórica, sino profunda. Es un camino que conduce hacia la “Sabiduría de Dios”, la “Sabiduría del corazón”. Recordemos El principito: “No se ve bien sino con el corazón”. Solo el corazón tiene la agudeza suficiente para descubrir lo escondido, allí donde no llegan los ojos. Solo el corazón tiene la fortaleza y la constancia necesarias para no distraerse con cantos de sirena. Solo el corazón tiene la inteligencia sensible capaz de distinguir con la mirada lo que un enfermo, un amigo quiere de ti.

Los ojos del buen agente de pastoral de la salud, son ojos que alcanzan a ver con el corazón, porque aprendieron a mirar a los enfermos como los mira Jesús. Ojos siempre abiertos al sufrimiento, sensibles al dolor, atentos a la vida, alegres y compasivos, riendo con los que ríen y consolando a los que lloran.

Es al lado de los enfermos, contemplándolos, donde aprendemos a ver su sufrimiento en sus palabras y a escuchar en su mirada sus deseos. Es en la escuela de la enfermedad y de la curación, del dolor y la salud donde descubrimos que: “Otra mirada es posible con un corazón nuevo”.

Que la XXIII Jornada Mundial y Campaña del Enfermo 2015, nos abra bien los ojos a la realidad compleja de la sanidad actual, de la enfermedad, de los enfermos, y de tantos factores que juegan un papel fundamental en nuestro abordaje del mundo del enfermo; así como las actitudes que en el se viven, o es necesario recuperar. Todo esto será desde la mirada de Dios, encarnado en Jesús, y como era su corazón ante los enfermos. Y terminaremos asumiendo la responsabilidad personal y comunitaria de vivir y contagiar esa mirada y corazón nuevos.

Termino invitando a seguir esperanzados en este camino de la pastoral de la salud, un camino apasionante aunque difícil por momentos. No perdamos la esperanza, sino que los retos resuenen en nuestro interior como alegres semillas de futuro, ansiosas por salir a la superficie y dar vida, y fruto.

Gracias por vuestra sementera. Sapientia Cordis, SALUD Y SABIDURÍA DEL CORAZÓN, puede ser un gran tema y gran campaña. El Señor nos lleva la delantera… ya esta sembrando.

José Gabriel Martín Rodríguez
Delegado Diocesano de Pastoral de la Salud
Consiliario de la Hospitalidad Diocesana de Ntra. Sra. de Lourdes
Arzobispado de Granada

Artículo publicado en la revista Fiesta