Fecha de publicación: 5 de diciembre de 2019

En las primeras décadas de la llegada del cristianismo al continente americano, a mediados del siglo XVI, el indio nativo Juan Diego Cuauhtlatoatzain, nacido en Cuauhtitlán (México), estaba entre los primeros conversos adultos del lugar siendo bautizado por los franciscanos en 1524. Un 9 de diciembre, a los 57 años, mientras se dirigía a la ciudad de México para asistir a Misa, a su paso por el cerro del Tepeyac, se le apareció una hermosa Señora que le dijo ser “la siempre Virgen María Madre del verdadero Dios por quien se vive” y que le encomendaba la misión de ir a hablar con el obispo para que le fuera construido un templo en el cerro donde “mostrar y prodigar amor, compasión y auxilio” para todos los que la invocasen y se confiasen a ella. También le pidió que volviera al mismo lugar, al día siguiente.

¿ACASO NO ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE?

Juan Diego obedeció y fue a ver al obispo Zumárraga quien en un principio no lo creyó y le pidió una señal de que efectivamente la Virgen estaba realizando aquella solicitud. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver a lugar del encuentro con la Virgen ya que un tío suyo estaba muy enfermo y tuvo que buscar un médico que lo curase. Aún así la Madre le salió al encuentro y le pidió que no se afligiera por nada porque su tío estaba curado: ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre?

Desde este momento Juan Diego se dedicó con ahínco al cometido de la construcción del templo transmitiéndole a la Virgen el mensaje del obispo. Al día siguiente, en el mismo lugar Nuestra Señora de Guadalupe le dio la esperada señal indicándole que recogiera rosas de Castilla frescas en un punto concreto. El indio cortó todas las que pudo y las portó en su tilma (manto) hasta el obispo. Mostrando ante Mons. Zumárraga las flores apareció también en su manto la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, venerado en la actualidad por millones de devotos en todo el mundo. Así fue como el obispo finalmente creyó en las apariciones que se sucedieron del 9 al 12 de diciembre de 1531 llevando a cabo finalmente la construcción de la ermita.

TILMA SAGRADA

En la imagen de la Virgen aparecida en la tilma María se muestra como una joven mestiza, grupo que por aquel tiempo aún no existía en esas tierras y es símbolo de la inculturación y de la unidad de distintos pueblos. En el cuadro que se conserva en la moderna Basílica del Tepeyac la Virgen la Virgen está de pie y su rostro se inclina delicadamente llevando un manto azul salpicado de estrellas que indica nobleza. Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana joven doncella mexicana que está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de este y la intensidad de los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre. Su pie esta apoyado sobre una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto severo, lleva abiertas sus alas de águila.

FIESTA MARIANA UNIVERSAL

Hasta el Santuario de Santa María de Guadalupe ubicado en la Ciudad de México, se desplazan anualmente millones de fieles a lo largo de todo el año y llegados de todo el mundo especialmente de las naciones del continente americano donde la aparición de la Virgen supuso un gran impulso a la evangelización, comunión y unión entre los pueblos latinoamericanos.

Pio X la proclamó “Patrona de toda la América Latina”, Pio XI de todas las “Américas”, Pio XII la llamó “Emperatriz de las Américas” y Juan XXIII “La Misionera Celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”.

La festividad de Nuestra Señora de Guadalupe se celebra para toda la Iglesia universal el 12 de diciembre uniéndose especialmente en esta ocasión nuestra diócesis de Granada donde la Catedral albergará el domingo, día 15, una gran celebración multicultural que comenzará con la Eucaristía a las 12:30 horas y a la que están invitados todo el pueblo granadino y latinoamericano residente en la diócesis para festejar juntos en señal de comunión y unión entre todos los pueblos.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada