Fecha de publicación: 28 de noviembre de 2016

Sor Teresa, natural de Valladolid, era licenciada en Física y Química por la Universidad Complutense, llegó a Granada en el año 1947.

Tras 94 años de iniciativa social y educativa en Granada, amor incesante por sus alumnas y por sus hermanas las hijas de la Caridad, y numerosas obras fructíferas de enseñanza en nuestra Diócesis, sor Teresa falleció en Granada, arropada por el cariño de tantas personas que la conocieron.

Ayer, domingo, 27 de noviembre, tuvo lugar la Misa de funeral, a las 9 horas en la parroquia del Colegio Regina Mundi y el sepelio fue a las 13 horas en el cementerio de San José.

Mons. Martínez anunció ayer, domingo 27 de noviembre, la muerte de sor Teresa, al terminar la Eucaristía en la S.I. Catedral.

El Arzobispo indició que sor Teresa “era una institución” en Granada, y contó que después de celebrar el funeral de la religiosa se le acercaron varias mujeres, antiguas alumnas de sor Teresa: “una serie de generaciones de mujeres sólidas y buenas”, indicó D. Javier, “gracias al amor inflexible que sor Teresa nos ha tenido”, decían las alumnas de sor Teresa.

Espíritu de servicio

Su espíritu de servicio y su afán de hacer un mundo mejor fueron el punto de partida para desarrollar su labor misionera. Eran los años de la posguerra y ve con clarividencia que el antídoto inexcusable para vencer las dificultades económicas y sociales es la educación. Su preparación universitaria y su personalidad arrolladora le hacen ponerse al frente del Colegio Calderón, en la calle Recogidas.

La hija de la Caridad buscó con empeño becas para niñas de zonas rurales, que se formarían en el Colegio Calderón. Formó bien al profesorado y fundó también una “residencia de Señoritas Universitarias”, con cuyos ingresos podía cubrir gastos de las alumnas más necesitadas. Asimismó, creó la “Escuela Universitaria de Magisterio” y “Escuela de Asistentes Sociales”.

En 1969, con criterios de expansión y con visión de futuro, se terminó de construir el colegio de Regina Mundi. Sor Teresa en este tiempo es una fuente de inquietud, de desvelos, de negociaciones, de preocupación, de energía. Su fortaleza y su voluntad inquebrantable le aseguran un final feliz: ofrece a Granada un centro nuevo, moderno y de pronta inserción y acogida social.

“Ha sido una mujer cuya vida ha sido impregnada en la enseñanza de las niñas”, asegura sor Inmaculada Madrid, directora del colegio Regina Mundi.

Además de una gran labor social y educativa en Granada, su mayor dedicación y entusiasmo han radicado siempre en la atención cotidiana y permanente a cada una de sus alumnas. Son decenas de generaciones las que han gozado y se han educado con su magisterio. Su obsesión era enseñar y aprender más para servir mejor.

Agradecimiento a Dios por su vida

Sor Inmaculada Madrid Cuenca, directora de Regina Mundi, dedicó unas palabras sobre sor Teresa en su funeral, en agradecimiento al Padre por la vida de esta religiosa.

“(…) Aprendimos a través de ti todo lo que Dios esperaba de nosotros, y tu entrega incondicional, tu lucha por los pobres en el sentido más amplio, no solo la pobreza económica, sino en todo lo más amplio de la de la palabra, nunca hemos visto en ti un ánimo y gesto de pereza, siempre ha buscado la justicia para todos.

Todos los que hemos tenido la suerte de conocerte sabemos que has sido una persona sencillamente coherente y has tenido siempre clara tu escala de valores, y nunca has actuado a la ligera, cayendo en contradicción a tus principios, nunca jamás. Siempre te han guiado y nos has guiado por el camino de Dios. Toda una vida de común y comunidad con las hermanas, y todas las hermanas que llegábamos a esta comunidad, nos acogía siempre con un proyecto vivo y al servicio de Dios y de los pobres. Persona sabia que ha dejado ver ante nosotros la sabiduría de Dios. (…)

Nos has dejado un legado de amor, un amor que conoce el gozo de vivir en la armonía de Dios y que nos enseña a verlo en lo pequeño, en lo sencillo, en la pureza y sinceridad de los ojos de un niño. Nunca has renunciado a exigirte ni a exigir esfuerzos, haciendo grande nuestra profesión de maestro y recordándonos que ser maestro es mucho más que un trabajo, es una forma de vida en la que uno deja de ser lo principal para poner por delante a los niños. Tus niños, nuestros niños. Maestra ideal, maestra de ideales, Dios te habrá acogido en su seno.

Era una amante de santa Teresa de Jesús y una amante de san Vicente y de santa Luisa. Su recorrido ha sido inmenso, ha luchado siempre por la Virgencica, por construir cuando las hermanas y se pasaron al Almanjáyar, no ha dejado de crear y esas fuentes de formación e información para que los pobres estuvieran bien reconocidos. Y siempre desde el amor de Dios, desde su persona.

Era una persona desinteresada, nunca quería que se le aplaudiera o que se le diera en la espalda o se le dijera ‘gracias´ porque había conseguido algo para ellos, al revés, la palabra que utilizaba era ‘siervos inútiles somos´, no hacemos más que lo que tenemos que hacer. Si todo el mundo actuara así, la humanidad estaría mucho más feliz. Trabajaba por la paz y la justicia.

No tenía pereza para nada. Si tenía que ir a la cárcel, iba. Si tenía que ir a los hospitales, iba. Si tenía que ir a los suburbios, iba. Su vida no ha estado solo en el colegio, ha sido hacia fuera”.

Rosa Die Alcolea