Fecha de publicación: 13 de noviembre de 2017

La comunidad cristiana de la parroquia, amigos, familiares y fieles en general, compartieron con este grupo de personas la confirmación en la fe. Al inicio de la celebración, Mons. Javier Martínez quiso tranquilizar a los confirmandos recordándoles que “estamos en familia”.

“Es una celebración preciosa, también porque es absolutamente familiar. Vamos a vivir una celebración familiar”, señaló. Asimismo, nuestro Arzobispo recordó que “lo que sucede es algo grande y hermoso, a través de gestos pequeños, como en una familia”, asemejando dicho gesto, por ejemplo, al “beso de una madre a un niño antes de dormirse”: “es un gesto muy pequeño, pero, seguramente, sin ese gesto, el niño podría no dormir”.

En este sentido, nuestro Arzobispo subrayó que “los gestos de la Iglesia son siempre gestos pequeños, pero por esos gestos pasa el Señor, como por el beso de una madre pasa todo el amor por un hijo”. “Esta tarde es una celebración preciosa donde el Señor se vuelve a dar a vosotros, a través de los pequeños gestos de la Confirmación. Y se da para siempre, para no abandonaros nunca”.

Asimismo, antes de la bendición final, D. Javier insistió a los confirmandos y fieles que “el Señor os acompañará siempre”. “Si hay algo que falta en este mundo es el Señor, y no porque el Señor no esté, sino porque nosotros no nos damos cuenta de que está. Y en la medida en que nos olvidamos de que el Señor está, nos acompaña y nos quiere, perdemos humanidad. Necesitamos a Dios. Necesitamos de Dios, porque la vida es muy compleja. Cuando uno tiene al Señor puede vivirla con alegría. Lo que el Señor desea es que la podáis vivir siempre con esa alegría, que nace cuando Él está. Y Él está. Y estará siempre. Estará siempre junto a vosotros”, concluyó.

Paqui Pallarés