Fecha de publicación: 15 de octubre de 2021

Estamos, mis queridos amigos, comenzando el nuevo curso apenas y el Santo Padre nos a puesto a todos en camino al convocar, en todas las diócesis del mundo, un camino sinodal.

Lo vais a oír muchas veces a lo largo de este tiempo. “Sínodo” significa “camino juntos”. El Santo Padre nos invita, en este momento, a todas las diócesis del mundo, a que iniciemos este camino juntos en el que él quiere –diríamos- embarcar a toda la Iglesia.

Ese camino es imprescindible. Ese camino es el propio camino cristiano. Se puede usar otra palabra que significaría casi, casi lo mismo: comunión. Pero la comunión parece algo más estático, mientras que el Sínodo nos habla de caminar. Caminar y caminar juntos. Es el diablo el que separa. La misma palabra “diablo” significa “el que divide”, “el que separa”. Y las heridas que todos hemos recibido a lo largo de nuestra vida, y en el seno mismo de la Iglesia, han separado nuestros caminos de forma que a veces resulta muy difícil acercarnos, muy difícil sentirnos hermanos unos de otros, amigos y compañeros de camino. Y el Papa nos invita a eso.

Yo quiero invitar a toda la Diócesis a que, en este año, supliquemos al Espíritu Santo que Él haga posible este camino juntos; este camino de acercamiento de unos a otros: de escucharnos más, de acogernos unos a otros más, de comprender que nadie agotamos la riqueza de Cristo; que todos necesitamos unos de otros. Y eso, sacerdotes, fieles, religiosos, consagrados de distinto tipo, todos tenemos necesidad de sentirnos más cerca. Tenemos necesidad de caminar juntos.

Que este domingo, cuando empieza el camino sinodal en cada diócesis, iniciemos cada uno personalmente con la comunidad, la parroquia, con el lugar en la Iglesia donde vivimos nuestra fe y nuestros sacramentos, y nuestra vida nueva que Cristo nos da, que podamos sencillamente iniciar un camino hacia los que tenemos más cerca y a los que tenemos más lejos. También los que están muy lejos de la Iglesia, o que sienten que Dios no les ama, o que les hemos decepcionado nosotros a lo largo de nuestra vida, y que no esperan nada de nosotros, que puedan sentir algo del afecto de Dios, de la ternura de Dios, de la misericordia infinita de Dios.

Ese es el camino sinodal que iniciaremos todos: comunidad de religiosas, movimientos, grupos y comunidades que están en las parroquias de distinto tipo. Todas las realidades eclesiales tenemos necesidad de ponernos en este camino sinodal, acercándonos unos a otros, porque esa es la Voluntad de Dios. Jesús dijo “que sean uno como Tú, Padre, estás en Mí y yo en Ti. Que sean uno para que el mundo crea”. Si el mundo nos ve caminando juntos, deseando caminar juntos también con los que no creen; si nos sienten cerca y sienten el afecto de Dios a través nuestro, muchas personas se acercarán a un Dios que necesitan, aunque no Le conozcan, aunque piensen que no les pueda ofrecer verdaderamente nada.

Que el Espíritu de Dios, que es el que hace la comunión, sea la fuente de inspiración y la fortaleza que nos ponga en este camino a toda la Diócesis de Granada y a todas sus realidades.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

15 de octubre de 2021

Ver video

Escuchar Mensaje

[mx_youtuber type=”video” id=”FNxuxFpCChg” display=”header,title,channel”]