Fecha de publicación: 3 de julio de 2020

La zona centro de la ciudad es sin duda la zona de mayor riesgo de rebrote. Este hecho hace que las parroquias que la componen afronten con especial prudencia el retorno a la “normalidad” durante el periodo veraniego.

Todas las actividades parroquiales habituales para el tiempo de verano, como peregrinaciones y campamentos de verano, han sido canceladas a tal efecto. No obstante, esto no ha motivado la desaparición de la vida parroquial.

Los párrocos siguen manteniendo el contacto con fieles, catequistas y el resto de colaboradores de forma presencial, en reuniones dentro de los espacios abiertos de la parroquia. También lo hacen de forma telemática, prosiguiendo con diversos cursos de catequesis o con la retransmisión de algunas Eucaristías. Las parroquias parecen estar esperando a septiembre a la hora de decidir si siguen manteniendo este contacto telemático con los fieles.

VISITANDO ANCIANOS Y CELEBRANDO COMUNIONES

Uno de los servicios que están especialmente activos en las parroquias durante estos días de verano es el voluntariado de visitadores de ancianos y enfermos.

Una de esas parroquias es la de San Agustín. Desde allí se coordina un grupo de laicos que hacen de visitadores de enfermos y ministros de la comunión. “Una vez a la semana este grupo se reúne haciendo un rato de oración en la parroquia y luego se distribuyen por los distintos domicilios de los ancianos que quieren ser acompañados”, explica su párroco, D. Antonio Jesús Pérez Martínez.

Algunos de estos ancianos y enfermos han preferido, por el temor a un contagio, suspender estas visitas, “pero hay otras personas que sí que quieren y lo agradecen mucho, porque sí que se sienten solas”, afirma el párroco de San Agustín.

Además de ello, en medio de tantas cancelaciones de boda, lo que sí que están aprovechando algunas familias es para ir celebrando aquellos bautizos y primeras comuniones aplazadas durante los últimos meses.

Estas celebraciones habían sido desplazadas a septiembre y octubre, pero algunas parroquias están aprovechando para celebrarlas poco a poco. “Como D. Javier nos instó en una carta que si algunos padres lo querían hacer en grupos de 4 o 5, estamos teniendo varios grupos. Normalmente cada sábado estamos teniendo un grupo de comuniones”, dice el párroco de Virgen de Gracia, Miguel Ángel Morell.

DESBORDADOS EN LA ATENCIÓN DE CÁRITAS PARROQUIAL

Lo que desde luego se mantendrá como un servicio activo durante el verano será la atención que se efectúe desde las Cáritas parroquiales.

La ayuda solicitada resuena más en los barrios más humildes de la zona norte. “La atención de Cáritas se ha desbordado. Se han doblado el número de familias que estamos atendiendo, de 60 a 180”, cuenta D. Francisco Sánchez, párroco de Santa María Micaela. “Nos encontramos a toda la gente que estaba excluida más la que ha sobrevenido con esta crisis, con casos de impagos de alquileres, de luz, de agua. Situaciones muy tremendas de carestía”.

Ya desde Cáritas diocesana se elogió la ayuda desinteresada de cientos de benefactores que han reaccionado con donativos al sobrevenir esta crisis causada por la pandemia. “La verdad es que la ayuda de la gente se ha disparado sin pedirla”, confirma D. Francisco.

A la espera de que septiembre marque un ritmo distinto, las parroquias del centro seguirán centradas en atender a los más necesitados y en celebrar los cultos con las medidas de aforo e higiene estipuladas.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada