Una de las cuestiones de las próximas jornadas son la relación de los gitanos con la liturgia, ¿desde qué problemática se parte en Granada?

Hay que partir de que no existe una sola Pastoral Gitana, sino que hay varias y cada una siente de una forma diferente. En Granada recalcamos mucho el tema de la pobreza y la comunidad gitana, que es muy grande, y los barrios donde habitan los gitanos, que son barrios ignorados, entonces ahí ponemos más fuerza. Otro grupo pone más fuerza en la liturgia en el sentido de meter cantos y bailes gitanos en ello. Yo personalmente no veo ninguna dificultad. Algunos son muy reivindicativos en este terreno, pero yo no le veo ningún problema.

¿Qué podemos aprender los cristianos de los gitanos como cultura?

Tienen unos valores que son muy importantes, por ejemplo, el valor de la solidaridad y la misma familia. Esto creo que es muy necesario y más en los tiempos actuales que corren. Esto es un valor clave. Luego veo yo también como un valor muy importante en ellos es vivir casi al día, diría yo. Un poco aquello de “mirad los lirios del campo y las aves del cielo…”; esa idea de fondo, no digo como un valor primario que tiene que marcar nuestra vida, porque está el mundo del trabajo y eso no se puede negar, pero ese fondo de confianza en la vida, de confianza en Dios, veo que es algo que en otros sitios no se maneja con tanta naturalidad o tanta espontaneidad.

¿Pueden las romerías gitanas redescubrirse entonces como un lugar de evangelización?

Para mí el problema de las romerías gitanas no tendría ninguna dificultad siempre y cuando eso repercuta después en la vida diaria gitana, en los grupos, sean gitanos o sean payos. Sea como fuere, eso tiene que repercutir en la vida. Si se queda solamente en la misma romería, no sé hasta qué punto eso profundiza, puede que profundice en la espiritualidad de cada uno, pero en la formación teológica de las personas no sé hasta qué punto ayuda o no ayuda.

¿Cuáles diría que son los retos de la Pastoral Gitana en Granada?

Por un lado, el primer reto para mí sería que la comunidad cristiana cayera en la cuenta de que estos hermanos nuestros están ahí, que existen y trabajan. Por parte del mundo gitano, salir un poco de las costumbres establecidas y salir un poco incluso de su manera de ser que es, a mi entender, demasiado festiva. Por eso tienen éxito algunas veces algunos movimientos como los pentecostales o similar, porque se vuelcan mucho en la festividad y eso sí que les llama muchísimo la atención, porque son así.

¿Son los gitanos especialmente creyentes?

No son ateos ni agnósticos tal y como solemos entenderlo. De todos modos, todo esto es muy relativo ahora mismo porque resulta que los gitanos de hoy, del 2020, no son lo mismo que los gitanos de hace treinta años. Allí ha habido un cambio. Hoy en día se asemejan mucho más a cualquier joven de cualquier sitio en la forma de reaccionar. No obstante, en un sentido más tradicional, sí que suelen ser religiosos de entrada. No suelen empezar por un agnosticismo o ateísmo, rara vez.

De hecho, a los jóvenes gitanos les molestan nuestros estereotipos sobre los gitanos, porque no responden a lo que ellos sienten ni a lo que ellos piensan.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada