Fecha de publicación: 2 de agosto de 2012

Coincidirá con la celebración, el próximo 5 de agosto, del primer centenario de aprobación pontificia de la Congregación.

Desde el pasado 30 de julio y hasta el 20 de agosto, las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada (Riquelminas) celebran su XVII Capítulo General en la Casa Madre de Granada, lugar en el que el 25 de marzo de 1896 fundó la Congregación la Sierva de Dios María Emilia Riquelme y Zayas.

En la “Huerta de San Jerónimo”, Casa Madre de la Congregación, se reunirán las hermanas capitulares venidas desde distintos países como Brasil, EEUU, México, Colombia, Bolivia, Perú, Angola, Portugal y Filipinas.

Este XVII Capítulo General tiene como lema “Ser pan partido para un mundo hambriento” y es un momento “de gracia y renovación, no sólo para la Congregación, sino para toda la Iglesia, vivido en fe y fraternidad, y como signo de unidad en la caridad; es un acontecimiento pascual”, explican las Misioneras. De esta forma, las hermanas afirman que su carisma les lleva a “sentir el impulso de hacer presente hoy a Cristo Eucaristía a través de sus vidas y misión, como el pan que se parte y se entrega para saciar las hambres de hoy”.

I centenario

Durante estos días capitulares, el 5 de agosto, las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada celebrarán el primer centenario de aprobación pontificia de la Congregación. Precisamente, fue el 5 de agosto de 1912 cuando el Santo Padre Pío X entregó a la Sierva de Dios María Emilia Riquelme la aprobación definitiva de la Congregación.

“Es un momento de profundo agradecimiento por este don recibido de la Iglesia”, señala la Orden, que, a lo largo de estos años, han sido bendecidas “con numerosas hermanas que han podido llevar por todo el mundo el amor a Cristo Eucaristía”, explican.

En este día, celebrarán también la Profesión Perpetua de la hermana María del Pino Rodríguez de Rivera, que ha realizado su primera etapa de formación en esta comunidad, que, en la actualidad, se encuentra en Manila (Filipinas) “haciendo presente el deseo de su fundadora:  `El celo de la misionera abarca el mundo entero´”, señalan las hermanas. Además, la ocasión servirá para celebrar las Bodas de Oro y de Plata de algunas hermanas.

Desde la Congregación se encomiendan a María Inmaculada para que les guíe en este Capítulo y piden la unión en la oración “para que el Espíritu de Dios acompañe nuestros discernimientos y podamos dar la respuesta que Dios espera de nosotras”.