Fecha de publicación: 31 de marzo de 2015

Es un tópico, es una de esas verdades de perogrullo, que se presentan espontáneamente a la mente y al corazón, decir que la vida es un camino. Se hace vulgar casi. Alguno de los padres del nihilismo moderno ha dicho que es un camino que no conduce a ninguna parte. Y otro, con más sentido del dramatismo del vivir humano, decía que sabemos cuál tendría que ser la meta pero no sabemos por dónde llegar a ella.

Señor, Tú te has hecho hombre y has querido venir al Nacimiento, y a una vida como la nuestra, y a compartir nuestro camino, para que nosotros pudiéramos descubrir que el camino de la vida conduce siempre a Ti. Que al otro lado del final de la vida lo que nos espera siempre son tus brazos: tu Amor sin límites, tu Misericordia infinita. La vida es un camino, pero un camino que desemboca en la vida eterna.

Danos algo de esa esperanza que transfigura todos los actos de nuestra vida, todas las etapas de nuestra vida, todas las encrucijadas y curvas de las sendas de nuestra vida.

Padrenuestro
Que estás en el Cielo
Santificado sea tu Nombre
Venga a nosotros tu Reina
Hágase tu Voluntad
En la tierra como en el Cielo
Danos hoy nuestro pan de cada día
Perdona nuestras ofensas
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del mal.
Amén.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

31 de marzo de 2015
Plaza de las Pasiegas