Con esta breve carta el Santo Padre modificaba directamente el canon 230 del Código de Derecho Canónico. En adelante, los ministerios de acolitado y lectorado, que en el último tiempo eran reconocidos como “ministerios menores”, ya no serán solamente una etapa más de los seminaristas en su camino hacia la consagración sacerdotal.

“Los laicos que tengan edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito”, estatuye ahora el Cógido, que elimina la palabra “varones” para ampliarlo a todos los laicos. Desde ahora hombres y mujeres del Pueblo de Dios podrán desempeñar formalmente este servicio en la Iglesia, autorizado mediante el rito litúrgico pertinente, y de forma más estable.

EL PODER DEL SACERDOCIO BAUTISMAL

La reforma entra dentro del horizonte marcado por el Concilio Vaticano II, cuyo punto de partida es la llamada de todo cristiano a configurarse con Cristo, mediante un compromiso de asumir la misión confiada a la Iglesia.

El sacramento del Bautismo es la clave de todo. Como es sabido, mediante este sacramento todo cristiano es declarado sacerdote, profeta y rey. Es profeta porque habla con Dios y desde Dios a los hombres, sacerdote porque está llamado a dar culto a Dios, y rey, por ser un hijo de Dios. Este sacerdocio bautismal es el que posibilita que el laico, hombre o mujer, pueda colaborar con la misión eclesial desde este ministerio.

Tanto el sacerdocio ministerial de los presbíteros, como el sacerdocio bautismal de los laicos participan del sacerdocio único de Cristo y, aunque distintos, “se ordenan, sin embargo, el uno al otro”, como reza la Constitución Apostólica Lumen Gentium.

EL PAPEL PROTAGONISTA DE LOS LAICOS

Esta reforma del código ensalzará una vez más el papel de los laicos, que no pueden ser vistos como sujetos de la evangelización sino como protagonistas de la misma.

“Es una realidad que se viene acentuando en los últimos sínodos con mucha fuerza. Tanto en el sínodo de la Evangelización con Benedicto XVI y ahora con el sínodo de la Amazonía con el Papa Francisco, donde se llama a todos los fieles bautizados a asumir con responsabilidad el Bautismo”, explica la canonista y miembro Fraternidad Misionera del Verbum Dei, Teresa Rodríguez Arenas .

“Esta reforma aumentará el reconocimiento, a través de un acto litúrgico, de la preciosa contribución que desde hace tiempo muchísimos laicos a la misión de la Iglesia”, afirma Rodríguez Arenas. “Tal vez lo que podríamos esperar de la reforma de este código es que genere una mayor responsabilidad y un compromiso evangélico más estable”.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada