Fecha de publicación: 24 de octubre de 2016

¿Qué es el amor esponsal y cuál es su relación con los tres estados de vida: matrimonio, vida consagrada y celibato sacerdotal? ¿Qué son el esposo para la esposa y la esposa para el marido? ¿Qué importancia tiene el acompañamiento espiritual para los matrimonios?

Estas fueron algunas de las cuestiones sobre las que dialogaron un grupo de matrimonios de la parroquia Inmaculada Niña con Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, con motivo del encuentro que tuvo lugar el pasado sábado día 22, fiesta de san Juan Pablo II, en el marco de la visita pastoral que está llevando a cabo nuestro Arzobispo en dicha parroquia. Un encuentro que permitió conocer las preocupaciones y alegrías de los matrimonios, en un ambiente distendido, familiar y cercano con su pastor.

EL MATRIMONIO Y LOS TRES ESTADOS DE VIDA
Nuestro Arzobispo abordó la igualdad en dignidad que tiene todo hombre y mujer, y los distintos que en formas de ser y sensibilidades son, al mismo tiempo, ambos. “Dios nos ha creado así para que salgamos de nosotros mismos y seamos donación”, subrayando la “belleza de la comunión y la unidad en su diferencia”. “Todos somos imagen de Dios y nunca nos repetimos”, insistió, en referencia a que cada matrimonio es único como somos únicos cada uno de nosotros.

Entre otras cosas, Mons. Javier Martínez subrayó la importancia de la Encíclica “Amoris Laetitia” indicando que la pastoral familiar no es una pastoral más, sino que es la “pastoral de la Iglesia”; es “escuela de vida”, señaló Mons. Martínez en alusión a la pastoral familiar. Hasta la Eucaristía y toda la liturgia en la celebración es una “celebración esponsal”, de tal forma que la Eucaristía es también fuente de aprendizaje para que el matrimonio sepa qué es el matrimonio, explicó el Arzobispo.

De la pastoral familiar como “escuela de vida”, nuestro Arzobispo amplificó la conciencia que tenemos sobre la pastoral familiar, y en concreto sobre los matrimonios, señalando que los tres estados de vida –matrimonio, vida consagrada y celibato sacerdotal- se complementan uno a otro, porque “el amor esponsal no es sólo para los matrimonios”. El sacerdote, porque aprende que la parroquia y la comunidad eclesial es una familia –”una familia numerosa”- y vive como en una familia. “Yo aprendo lo que es ser pastor de los buenos padres de familia”, señaló Mons. Martínez, indicando por ejemplo que la donación vocacional no viene prefijada por horarios, como los padres de familia no tienen horarios para sus hijos. Y la mujer consagrada aprende de los padres de familia lo que es ser madre de familia.

Los esposos, por su parte, aprenden de las vírgenes consagradas que Cristo es el único que llena el corazón de una mujer. Asimismo, los matrimonios aprenden de la figura de las vírgenes consagradas que “Cristo no es una idea o principio moral, sino que Cristo está vivo y que Cristo está en los matrimonios”. Los matrimonios “necesitan de la paternidad del sacerdotes para ser esposos”. En definitiva, “los tres estados tienen la misma vocación: el amor y dar la vida”.

HABLAR DE LA VIDA
Mons. Martínez escuchó las preocupaciones y situaciones en las que hoy se encuentran los matrimonios, subrayando que “hablar del matrimonio es hablar de la vida”. El diálogo discurrió también en un recorrido por anécdotas, experiencias como pastor vividas con familias en sus años de sacerdocio y episcopal, también con jóvenes, y ejemplos de representaciones del amor humano a través del cine.

En el encuentro también se abordó la necesidad del acompañamiento espiritual –”el acompañamiento es fundamental”-, que esté junto a los matrimonios para ayudarles a vivir su vocación esponsal, así como la necesidad de la presencia de comunidades cristianas que muestren la belleza de ser cristiano, en un mundo altamente herido que ha perdido, en muchas ocasiones, la referencia de lo que es un matrimonio cristiano y su belleza.

“Somos cristianos por la gracia de Dios”, señaló Mons. Martínez, porque para Dios no hay nada imposible. En este sentido, nuestro Arzobispo subrayó lo importante que es afirmar que “hay un amor más grande” que nuestras torpezas o límites. En este sentido, respecto a la educación de los niños, señaló lo importante que es educar también en el perdón sin esconder la fragilidad del ser humano dentro o fuera del ámbito familiar.

Tras el encuentro con los matrimonios, Mons. Martínez celebró la Eucaristía en la parroquia con los fieles allí congregados, correspondiente al XXX Domingo del Tiempo Ordinario y Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND).

VISITA PASTORAL
La visita pastoral de Mons. Javier Martínez a la parroquia de Inmaculada Niña se está desarrollando en varios días. Con anterioridad y en diferentes días, nuestro Arzobispo compartió un día con el colegio de Esclavas de Inmaculada Niña, y se reunió con Cáritas parroquial y los consejos económico, pastoral y de liturgia de la parroquia, así como con los catequistas, los padres y niños de catequesis.

La visita pastoral continuará el próximo sábado día 29 con una excursión en la que participará nuestro Arzobispo con los adolescentes y jóvenes de la parroquia. Los jóvenes que deseen sumarse pueden ponerse en contacto directamente con la parroquia Inmaculada Niña (teléfono 958 810 960)

Paqui Pallarés

Para conocer más:
La verdad del amor humano

Exhortación apostólica Amoris Laetitia