Fecha de publicación: 16 de septiembre de 2020

La comunidad parroquial de San Ildefonso en Peligros recibió con alegría el pasado domingo, día 13, a su nuevo párroco “in solidum”, D. Manuel Ruz, sacerdote granadino y originario de la diócesis de Toledo que desde ahora se unirá a la tarea pastoral de D. Antonio García Ángulo, también párroco “in solidum” de San Ildefonso, como pastor de los fieles de esta parroquia que cuenta con dos templos, el principal en San Ildefonso y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, donde se celebró la Eucaristía de toma de posesión el pasado domingo que contó con la música y los cantos del grupo Aral que participa activamente en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario.

Durante la Eucaristía, D. Manuel Ruz quiso dedicar unas palabras de agradecimiento a Dios y a los fieles presentes, así como recordar también al anterior párroco, D. Juan Bautista, fallecido el pasado les de febrero: “Doy gracias a Dios por su gracia en mi vida. Mi etapa en Toledo ha sido un regalo y ahora en Granada mi tarea será servir como Cristo al pueblo de Dios. Agradezco la gran acogida que he recibido de los fieles, veo en San Ildefonso una parroquia llena de jóvenes”, afirma D. Manuel Ruz.

VIDA PARROQUIAL

La vida pastoral de San Ildefonso se compone de grupos de catequesis, de confirmación, y matrimonios, atendiendo también pastoralmente tres residencias de ancianos.

“Veo en San Ildefonso una comunidad parroquial muy joven y familiar y eso es estupendo, me gustaría poder crear más grupos de jóvenes. La catequesis también siempre es un reto, necesitamos estar en constante actualización en la forma de enseñar y de impartirla en consonancia también a la sociedad y sus desafíos y exigencias”, explica el nuevo párroco.

Como ejemplo de nuevas iniciativas en este aspecto de catequesis, en la parroquia de Santa María La Mayor de Talavera de la Reina, donde D. Manuel Ruz ejercía su ministerio pastoral antes de llegar a la diócesis de Granada la catequesis se imparte por medio de los “oratorios para niños” una forma de propiciar una experiencia personal y viva de los más pequeños con Jesús por medio de la adoración y también de la enseñanza.

“Los niños son los protagonistas del oratorio, tienen una sensibilidad mayor que los adultos y eso debe aprovecharse para que tengan un encuentro vivo con Dios que les atraiga y se prolongue toda la vida. La catequesis no debe ser tanto conceptos como experiencias y vivencia viva para ellos. La respuesta de los padres también suele ser muy buena”, destaca D. Manuel Ruz de su experiencia pastoral hasta ahora.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada