Fecha de publicación: 2 de diciembre de 2021

175 años hace que, en un pueblo del norte de la provincia de Burgos, venía al mundo Andrés Manjón, un humilde sacerdote que habiéndose formado y dedicado al campo del Derecho terminó por consagrar su vida a la Educación de los más desfavorecidos. De todo ello se ha dado cuenta este martes, 30 de noviembre, en la Abadía del Sacromonte, hogar del padre Manjón y lugar desde el que germinó su gran proyecto vital: las Escuelas del Ave María; con una conferencia dirigida por el académico Andrés Palma y por un azulejo que la comunidad educativa avemariana, junto con los canónigos sacromontanos, han decidido erigir en memoria del singular prohombre.

Con este sencillo homenaje, el Ave María da el pistoletazo de salida a una serie de conmemoraciones que darán por concluidas en 2023, cuando se cumplan los cien años desde la muerte del venerable Manjón. Desde las escuelas señalan que “en un día como hoy, en el 175 aniversario del nacimiento del padre Manjón, es importante que se recuerde en la que fue su casa y donde germinó la idea de fundar una institución como la nuestra, que aquellos que somos herederos de su gran proyecto educativo rindamos un recuerdo a su figura”.

Una idea que comparte el académico Andrés Palma, profesor de Educación en la Universidad de Granada, quien tras haber consagrado parte de su vida al estudio de la obra de Manjón reseña lo trascendental de su figura para la renovación pe-dagógica de nuestro país, con la introducción de la escuela activa y la gamificación en el proceso de enseñanza: “La historia de la Educación española, incluso en los tiempos más recientes, sigue debiéndole mucho a Andrés Manjón”.

Desde el Sacromonte, donde el burgalés coincidió en 1889 con la conocida como Maestra Migas, la encargada de instruir a las niñas gitanas de las cuevas, la memoria de su figura y su obra vuelven a latir con más fuerza que nunca.

Fundación Ave María Granada