Fecha de publicación: 1 de diciembre de 2020

Como la Estrella de Belén que guió a los Magos de Oriente hacia Belén, para ver al Salvador del mundo, así se erige el árbol de Navidad instalado en el Centro Comercial Nevada Shopping, en medio de la oscuridad de su centro que es símbolo al mismo tiempo de la luz que necesitamos en nuestras vidas y la oscuridad que ha traído a nuestras vidas la pandemia.

El sábado 28 de noviembre, víspera del nuevo tiempo litúrgico de Adviento, que nos va preparando para el mayor Acontecimiento del mundo que es el Nacimiento del Hijo de Dios –Dios hecho carne-, nuestro arzobispo D. Javier inauguraba el árbol de Navidad, símbolo de esa luz de esperanza que, como siempre, pero quizás de forma más evidente en la actualidad, necesitamos.

Momentos antes del encendido del árbol navideño considerado como el más grande de Europa, D. Javier aludía al árbol como “un símbolo de que hay luz, a pesar de toda la oscuridad que pueda haber en la vida”, y cómo “a pesar de que seamos criaturas mortales y sabemos que vamos a morir, hay un amor infinitamente grande que no nos abandona jamás y que ha venido a estar con nosotros”. Y eso –recordaba nuestro arzobispo- “es lo que celebramos en la Navidad”. “La luz que encendemos esta noche es un símbolo de esa luz que no se apaga, que es el amor de Dios por nosotros”.

HOMENAJE
Esta corta pero querida tradición en el Centro Nevada Shopping, que cumple su cuarto aniversario, ha tenido presente a todas las personas que cada día trabajan en la lucha contra la pandemia y en la atención hospitalaria y centros de mayores, especialmente profesionales sanitarios. Un gesto con el que se quiere rendir homenaje a esos “héroes” de la pandemia. También a las víctimas que el coronavirus está dejando entre nosotros.

Junto a nuestro arzobispo, han acompañado el acto el Director Gerente del Hospital Clínico San Cecilio, Manuel Reyes Nadal, y el enfermero-supervisor de Neumología, Jesús González Dueñas. También ha asistido María Angustias, Directora de Enfermería en un hospital, que habló del “árbol como signo de esperanza, en esta necesidad que tenemos de estar juntos”.

También nuestro arzobispo D. Javier ha dado las gracias a todos los que “en el mundo sanitario os habéis desvivido por los enfermos”. “Habéis sido muchas veces los ojos de Dios, las manos de Dios, la voz, la caricia de Dios en medio de los hospitales, de las UVIS, y a todas las personas que han podido contribuir a aliviar el sufrimiento de tantas personas en este tiempo de pandemia”, señaló.

Al término del acto, Mons. Martínez ha invitado a todos a cultivar la fraternidad humana y ha recordado que la tarea de la vida es “aprender a amar y dejar que crezca y resplandezca en todos los sentidos nuestra humanidad”.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada.