Fecha de publicación: 2 de febrero de 2021

El día de la fiesta de San Cecilio ha tenido este año un sabor particular. Llegó el día de celebrar la memoria del primer obispo de la diócesis de Granada, que derramó su sangre por ser testigo de la fe en aquella Ilíberis romana.

Acudieron a la cita unas decenas de fieles que no quisieron perderse la ocasión de acudir a la colegiata de la Asunción de la abadía, como cada 1 de febrero, aún sin romería y conscientes de las limitaciones del aforo.

La Misa en rito hispano-mozárabe la presidió el Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, junto al cabildo del Sacromonte. Un cabildo que, desde que comenzara el confinamiento el pasado mes de marzo, se ha encargado de dirigirle ruegos y pedir la intercesión de San Cecilio, manteniendo sus reliquias sobre el altar.

LA FE ES CERTEZA
A la luz del martirio del santo obispo, Mons. Martínez quiso hablar de la fe. Recordó que la fe no se reduce a un culto, sino que tiene que ver con la vida cotidiana. “Es una luz que ilumina el valor de las cosas, el valor del dinero, de la salud, el valor del trabajo, el valor de la amistad, el valor de un amor esponsal, el valor de educar o el valor de criar unos hijos, de sostener una familia”, afirmó. “La fe es la luz que ilumina todo eso y hace que lo podamos vivir de una manera distinta al que no tiene fe”.

“La fe no nos hace mejores, al revés, también en estos tiempos vemos a personas que no tienen fe y que son estupendas. Pero no es para eso para lo que creemos en Jesucristo, para ser mejores que nadie.”, argumento. “Sin duda la fe nos hace mejores de lo que seríamos si conociéramos a Jesucristo y la fe en Jesucristo y la compañía de Jesucristo nos conduce hacia la perfección de la humanidad, pobre y limitada, pero hacia la perfección de esa humanidad en todos los aspectos”.

Recordó que el creerse mejor que los que no creen, no es conforme al anuncio de Jesucristo. “Cuando el Señor decía en el Evangelio, ‘¡Ay de ti Corozaín! ¡Ay de ti Betsaida! ¡Ay de ti Cafarnaún!”, es decir, “¡nos lo dice a nosotros!”.

REALISMO, FRENTE A LOS IMPREVISTOS DE LA VIDA
Con el año de larga pandemia y los terremotos de los últimos días, el Arzobispo quiso dar un baño de realismo, en un ejercicio de honestidad.

Citando fuentes científicas, recordó que no es posible saber, por ejemplo, cuando va a ser el próximo terremoto. “¿Qué nos dice la ciencia? Que no somos dueños del tiempo, de la tierra, del espacio en que vivimos, que nuestra misión en esta vida no es dominarlo, dominar el mundo, nuestra misión en esta vida es cuidarlo, cuidarlo como un regalo y como un regalo precioso”, afirmó.

Salía así a la luz el tesoro de la fe para la vida, como una certeza que debe de integrase en cada cristiano hasta hacerse cotidiana. “No es una cuestión de voluntarismo, de empeñarse, es una cuestión de reconocer. ¿En qué se reconoce la fe? Pues en los frutos que produce. Y cuando esa fe no produce frutos, no es exagerado decir que somos un pueblo católico que vivimos como ateos en realidad”, aseveró.

A la luz del testimonio martirial de San Cecilio, el Arzobispo concluyó animando a todos a pedirle al Señor que aumente la fe de su pueblo, antes de pasar a la veneración de las reliquias. “Aumenta, Señor, nuestra fe, porque la vida sin Ti y la vida sin esa gracia, no tendría ningún sentido. Y qué mal se vive cuando la vida no tiene sentido, solo para comer. No merece la pena”.

El próximo domingo 7 de febrero, a las 09:30 horas, tendrá lugar la Misa del Voto de la ciudad de Granada a San Cecilio. Esta celebración, que contará con la presencia de las autoridades políticas de la ciudad, podrá seguirse en directo por CanalSur

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada